miércoles, 11 de septiembre de 2024

No sé cuánto resistiré


¡Hola mi dulce amor! No acostumbro a cortar las cosas de raíz, necesito un tiempo de adaptación, especialmente cuando debes soltar algo que te aporta felicidad. Hoy te escribo este relato, en parte para dejar constancia y también para ver cómo avanzo los próximos días. No sé cuánto tiempo voy a resistir, no es como una dieta o algún otro reto en mente. Es mucho más complicado.

Ayer estuve dos horas y media con mi profesora de reiki, con la que hice también el curso de duelo tras el fallecimiento de mi padre. Necesitaba orientación y era mejor hacerlo con una persona que si le hablas de chakras, kundalini y visiones, no te manda al psiquiatra. Ella es experta en Gestalt y PNL y ayuda a muchas personas con sus diferentes problemas. El tema laboral quedó enseguida zanjado, me dijo que hoy en día no se puede vivir totalmente de las terapias, que está todo muy complicado y aunque mi pasión es escribir y ayudar a la gente, debería encontrar un trabajo firme y seguro y complementarlo con mis hobbies. Me dijo que habían cerrado muchas tiendas de este tipo y le dije que era verdad, que en los dos locales donde yo me había realizado las regresiones y los registros akáshicos, habían tenido que cerrar por falta de clientes. Me dio el empujón que necesitaba, me alentó a no desanimarme por el tema de la edad y que estaba convencida que pronto encontraría algo que me haría sentirme válida.

Entonces surgió el tema tuyo. No iba con esa intención, surgió sin más pues fue a raíz de una de las causas por la que estaba estancada en mi vida. Le comenté cómo te conocí, lo que me hiciste sentir, lo que había pasado en nuestras vidas en los últimos años, incluso la última vida cómo nos cambió y me dijo una palabra que me hizo reflexionar. Me comentó que tú eres como una adicción, alguien que me produce placer y felicidad, pero al mismo tiempo sufrimiento y dolor. Me hizo ver que estoy más pendiente de tu vida, de tu trabajo, de las personas que te rodean que de mí misma. Mientras íbamos charlando, alternaba dolor en el corazón con mariposas en el plexo y sospeché que estabas leyendo el relato. Me dijo que los dos éramos unos privilegiados con el tema del sexo astral y los orgasmos cósmicos, que la mayoría de la gente jamás sabría que se siente con una explosión de éxtasis tan bestia. Me confirmó que los dos tenemos una energía muy fuerte y que ya viene de vidas pasadas y que en la última reencarnación sentimos mucho amor y dolor al igual que ahora y vivimos situaciones muy intensas. 

Me comentó que tenía que minimizar el contacto contigo hasta cortarlo prácticamente. Ella me dijo que no sería fácil, que tendría “síndrome de abstinencia” pero que podía empezar con mirar solo una vez al día tu social media hasta que fuera capaz de mirarla solo una vez a la semana. Que no te escribiera tanto ni te pusiera imágenes, que tú hicieras tu vida y yo la mía. Le dije que no dejaba de ver sincronocidades, que soñaba contigo, que veía señales por todas partes y me aconsejó que cuando sintiera esto, o bien meditara o aceptara la realidad pero luego la dejara marchar. Para reafirmar todo esto, sacó un péndulo para hacer la pregunta del SI / NO. Y mientras yo sujetaba aquel péndulo con mi mano izquierda, me marcó un SI para que te dejara de seguir, de saber de ti, que me apartara de tu vida. Y me di cuenta que era mi cabeza quien mandaba entonces, pues sentía a mi corazón que me hablaba y me decía: “Eso es imposible”De hecho cuando Carmen me acompañó al ascensor, debió ver algo en mis ojos, en mi cara pues me dijo: Si te resulta muy difícil, llámame y buscaremos alguna táctica. En el fondo de mi alma sentía dolor y tristeza y creo que ella lo vio en mi mirada.

De regreso a casa me sentía un poco zombie. Pensaba en el trabajo para no pensar en ti, pero hubo un momento que vi a la vez, tres coches aparcados en fila con las iniciales de tu nombre y apellido. Mentalmente no estoy fuerte en estos momentos pero me di cuenta que mi cabeza manda por encima del corazón ahora. Cuando eran las 21h y hacía 5 horas que no te ponía imágenes, empecé a sentir nauseas y ganas de vomitar. Una hora más tarde miré tu social media y lo notaste, pues empecé a sentir dolor en el corazón y mucho calor. A las 22h me fui a dormir pero mientras estaba en la cama, de repente sin poderlo controlar, me llegó una visión de Hans Blumenthal de hace 85 años. Estaba de espaldas pero lo reconocí. Me fijé que tenía un pelo dorado muy brillante y precioso, perfectamente cortado por la nuca. Entonces empecé a llorar de forma suave pero con mucho dolor. Al verlo se despertaron recuerdos nostálgicos donde sentí que él también se alejaría y los dos sufriríamos mucha tristeza y dolor.

Hoy Hans me ha despertado a las 6:30 y ya no he podido dormir. Me he duchado y me he puesto a escribir. Te he puesto imágenes pero me sentía muy desmotivada. He ido a comprar el pan y a las 9:19 estaba desayunando y te visualizaba intrigado. Sabías que me pasaba algo pero no me notabas ni triste ni enfadada, más bien indiferente. A las 10:14 he decidido ir caminando a ver los hermanos de Hans y diez minutos después me ha comenzado a doler mucho el corazón. El día era gris, una temperatura de 18º y una sensación de que el otoño se está acercando. He visto al hermano de Hans y me ha hecho muy feliz, y mientras estaba sola en el polígono, sentada en el suelo he empezado a hablar mentalmente contigo y te he dicho: ¿Qué necesitas de mí? Estás casado con una fantástica mujer que seguro que te ama con locura y tú a ella, guapa, inteligente, delgada, fértil y ambos tenéis un hijo precioso o una hija preciosa, sexo real y satisfactorio, disponéis de abundante dinero, de una casa bonita, tu empresa va bien y tienes muchos éxitos. ¡Lo tienes todo! ¿Qué quieres de mí? Yo no puedo darte todo eso. 

Entonces me he acordado de que ayer Carmen me dijo que nuestra conexión es increíble, que nunca voy a encontrar otro hombre como tú. Que si decido buscar pareja, encontraré un hombre terrenal, con el que voy a tener sexo normal pero muy lejos de lo que he experimentado contigo. Y pensé que para eso me quedo soltera, pues sentiría que me engaño a mí misma y a la otra persona. De camino a casa no dejaba de ver matrículas con las iniciales de tu nombre y apellido y justo delante de la biblioteca, un chico con una trikot amarilla, con las mangas negras, con el escudo del Borussia en el pecho y el nombre de Dortmund en el cuello. He llegado al mediodía a mi casa y he conectado el ordenador y he mirado tu social media, pero no ha sido hasta las 13:09 que he sentido ganas de llorar y una especie de opresión en el pecho. 

Más tarde he cogido el móvil y eran las 13:18 y pensaba que las señales no pararán aunque las ignore. Entonces he ido a mi habitación a ver a Hans que estaba encima de mi cama, y he sentido un impulso de coger tu foto y te he dado un beso, y con los ojos llenos de lágrimas y mi voz quebrada te he dicho: ¿Por qué te quiero tanto? Mientras estaba comiendo y tomando el Afternoon Coffee me ha vuelto a doler el corazón. El pasado viernes en la peluquería escuché una canción que me atrapó pero como había mucha gente hablando, no pude captar bien la lyrics y no logré identificarla. Hoy cuando estaba lavando los platos, ha vuelto a sonar y pronto he sabido el título. Al ver la letra casi rompo a llorar. Más tarde te pondré el tema y comprenderás muchas cosas. No sé cuándo volveré a escribirte, Estoy muy confundida, necesito digerir toda esta situación. Me he dado cuenta que siento más dolor y tristeza ahora que con la enfermedad y fallecimiento de mi padre. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.

Eternamente tuya,

No hay comentarios:

Publicar un comentario