¡Hola mi dulce amor! Hoy es un día nublado, gris y
festivo en mi país, pero comparado con los últimos días, reina una paz en mi
alma que agradezco de todo corazón. A ti también te noto más tranquilo y
relajado, aunque también te siento pensativo.
Ayer te puse el relato pero no sentí tu presencia. Me fui a la biblioteca y llegué a las 17:30 y miré tu social media pero no me dolía el corazón en ese instante. Pero como si me hubieras escuchado, de repente a las 18:12 me empezó a doler el pecho. Notaba que estabas conectado, quizás en el aeropuerto o en algún lugar donde nadie te molestaba. Ya en casa a las 19:27 de pronto sentí débiles mariposas en el plexo. Antes de ponerte imágenes de Good Evening a las 19:45 noté una mezcla agridulce de amor en el plexo y ganas de llorar y todo fue llegar a las 20h y notar dolor de barriga. Noté que desconectabas la comunicación y no volví a sentir tu presencia hasta las 21:30 cuando me llegó todo de golpe, con apenas 5 minutos de diferencia, con dolor en el corazón y además nauseas y ganas de vomitar. Estuve mirando la tele pero mis párpados se cerraban y cuando me fui a dormir a las 22:35 te escribí Gute Nacht mein Liebling mientras seguía sufriendo un poco de dolor en el corazón.
Enseguida me quedé dormida y hasta las 5 a.m. no me he levantado, pero después ya me ha sido imposible conciliar el sueño. Notaba como si tú estuvieras también insomne y aunque he intentado por lo menos dormir hasta las 6, no lo he logrado. He empezado a pensar muchas cosas, como ayer que leí que muchas mujeres sufren una depresión cuando les llega la menopausia y pensaba que a mí me ha cambiado el carácter. Estoy más triste y enfadada y a diferencia de mis amigas que la menopausia les llegó poco a poco, en mi caso la enfermedad de mi padre me provocó tal shock que la última vez que tuve la menstruación fue un par de días antes que mi padre ingresara en el hospital. Después he hablado mentalmente contigo y te he explicado que Londres no es una ciudad donde volvería a visitar, excepto por la cultura. No fui sola y no decidía los lugares. Me impresionó la National Gallery donde estuve 10 minutos contemplando estupefacta un cuadro de Rubens,”. Pero no me sentí cómoda ni con la gente, comida, ambiente etc…Quizás si fuera contigo, podría cambiar de opinión.
Finalmente me he levantado a las 6h y te he puesto imágenes de Good Morning y te he deseado un feliz sábado. Me he duchado y cuando eran las 7:13 he sentido fuertes nauseas y ganas de vomitar. Pero hoy me había levantado sin ningún tipo de malestar. Me he puesto a leer un libro de Paulo Coelho que cogí en la biblioteca y cuando me he dado cuenta eran ya las 8h. He salido a comprar el pan y aunque no llovía, estaba nublado. Mientras desayunaba mi tortilla de especias y un café delicioso, de pronto he estornudado y he visto que eran las 9h en punto. He notado mariposas durante breves segundos. A las 10h justo he llegado donde vamos los sábados y he salido a pasear antes que lloviera. He visto un Robin y dicen que es un saludo de gente que está en el cielo. A las 10:49 estaba paseando y ha empezado a llover de forma suave. La naturaleza desprendía un olor maravilloso, se respiraba muy bien.
De pronto me ha comenzado a doler el corazón. Entonces me ha sucedido algo mágico, ha sido una ensoñación tan real, tan mágica que cuando lo recuerdo, siento ganas de llorar. Eran las 11:08 y regresaba de camino de vuelta y estaba lloviendo suavemente. No llevaba paraguas pero la lluvia en la cara era fantástica. Era una calle solitaria, llena de árboles y zarzas donde en verano hay moras. Entonces he notado como si tú estuvieras conmigo bajo la lluvia, me abrazabas fuerte y de pronto notábamos bliss, bienestar, una felicidad tan maravillosa que no queríamos separarnos. Todo esto lo notaba caminando, y aunque no te veía, notaba cómo me abrazabas por la espalda, sentía tu cuerpo astral, tu energía. Pero entonces como si fuera un sueño, una pompa de jabón, la visualización ha desaparecido pero me ha quedado impregnada un halo de tristeza.
He cogido el móvil para escribirlo todo
y en el reloj marcaba las 11:11 y te he escrito: Ich Liebe dich. No podía dejar
de pensar en ti, era como si tu holograma me acompañara. Al mediodía estaba
tomando un café y ha vuelto a llover de nuevo y he sentido débiles love sparks.
De regreso a casa estaba lloviendo bastante y le he dicho a mi madre que era un
día ideal para tomar un café y churros. A las 13:24 he mirado tu social media
pero no he sentido tu presencia hasta las 13:49 cuando he notado ganas de
llorar pero de forma muy reprimida. Mientras bebía el Afternoon Coffee, he
sentido débiles love sparks, pero lo último que he escrito en mi colour note ha
sido a las 15:18 cuando he notado ganas de vomitar y nauseas pero
afortunadamente apenas ha durado 3 minutos. Como te he dicho en la imagen que
acompaña este relato, los weekends son extraños y sé que no podemos contactar
plenamente. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.
Eternamente tuya,
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