¡Hola
mi dulce amor! Hoy tengo poco que contarte, pero además ambos estamos un poco
distantes, detached y no sé si es por iniciativa propia o por otras
circunstancias. Los años pasan y todo cambia y no queda más remedio que
adaptarse a lo que el destino te quita o te trae.
Ayer te puse el relato a las 15:30 y estaba impaciente por coger el autobús para ir a ver a Rufo. Surgió sin más y pensé que sería un buen día para visitarlo. La última vez que estuvimos juntos fue el 7 de septiembre, casi un mes. Cogí el autobús pero debido a unas obras en una carretera principal, tardé un poco más. Volví a subir a un tranvía y llegué a destino a las 16:44. El perro se volvió loco de alegría. Estaba más delgado y sus ojos no podían ocultar su tristeza. Deseaba llevarlo por la naturaleza, pues toda la noche del miércoles y la madrugada del jueves estuvo lloviendo. A las 17:16 me empezó a doler la cabeza y noté la garganta irritada. Justo al pasar por delante de la Deutsche Schule vi un coche con matrícula alemana D.
Primero fuimos a una zona verde llena de árboles y plantas pero también asfalto y aproveché para que Rufo bebiera agua en una fuente y te puse una imagen para que supieras que estaba con él. A las 17:48 estaba en la montaña Sant Pere Mártir cuya cima veo desde mi terraza, pues hay una torre eléctrica de color rojo. Era una gozada pasear por allí, todavía con barro y la tierra húmeda. La temperatura era excelente, 22º y caminamos un buen rato por allí. De regreso, de nuevo al pasar por delante del colegio alemán, me crucé con un ciclista que vestía todo de amarillo, con la equipación del Borussia y la marca Evonik en el pecho. A las 18:18 sentí un estallido en mi corazón justo cuando estaba sentada en el banco delante de aquellos dos corderos que siempre están pastando.
A las 18:30 dejé al perro en su casa y además de María que tiene la edad de mi sobrino Martí, estaba su madre que tiene mi edad. Al ir a saludarme, me dio dos besos y de pronto el perro se abalanzó sobre mí y con las pezuñas me arañó un brazo y empezó a ladrar desesperado. Incluso su dueña le dijo: ¿No quieres que la salude? Me sorprendió mucho su comportamiento y mientras hablaba con madre e hija, el perro se me tumbó para que le acariciara la barriga o le diera besos y abrazos. La joven me comentó que el año que viene desea irse de Erasmus y deberá encontrar a alguien que quiera quedarse con el perro. Lo sospechaba pero será lo mejor para él. Cuando ya estaba en el autobús a las 19:23 empecé a sentir nauseas y malestar estomacal. Antes de las 20h te puse imágenes de Good Evening y a las 20:15 sentí dolor en el corazón.
A las 20:50 sentí débiles love sparks pero a las 21h regresó el dolor en el pecho con más fuerza. Estuve mirando un channelling que decía que el DM echa mucho de menos a la DF y pensé que yo también. A las 22:22 me di una ducha caliente pues aquellas dos horas de caminata me habían agotado. Te escribí después Gute Nacht mein Liebling y me fui a dormir pero me sucedió algo extraño. Mi cuerpo estaba exhausto pero mi mente muy despierta. No podía dormir y además pensar en ti y me hacía a mí misma preguntas absurdas tales como si te habías casado en el ayuntamiento o en una iglesia y si de verdad estás locamente enamorado de tu mujer. La última vez que miré el reloj eran las 00:44 y poco después pude dormir, aunque tenía la sensación que tú estabas igual de insomne que yo.
Hoy me he levantado a las 6:30 y no me dolía nada y es un alivio, la verdad. He ido a ver los hermanos de Hans y de regreso a casa no dejaba de ver matrículas con las iniciales de tu nombre y apellido o con las dos primeras letras de tu nombre. A las 9h te he puesto más imágenes y he notado débiles love sparks y me preguntaba si estabas en el trabajo o hacías fiesta. He ido a comprar con mi madre y a las 10h me ha comenzado a doler bastante el corazón. Una hora más tarde todavía continuaba el intenso dolor y he mirado tu social media. Ya sé que las fotografías no tienen que mostrar tu estado de ánimo, pero te he visto triste. He continuado comprando y no ha sido hasta las 11:40 que he hecho una pausa y he ido con los gatos a la terraza. Allí te he escrito en la colour note diciéndote que sentía que te refugiabas en el trabajo y que me echas de menos. Te he puesto una imagen explicándote que el corazón me dolía mucho.
No he vuelto
a sentir tu presencia hasta las 13:20, pues tras una hora de alivio ha
regresado el dolor en el pecho de forma intensa. Estaba terminando las últimas
20 páginas del libro y me preguntaba qué te ocurría. El final de Mil soles
espléndidos es bastante dulce, pero el escritor hizo una premonición sin
saberlo. Finaliza en el año 2003 cuando los talibanes fueron derrotados pero la
protagonista aventura que en cualquier momento los fanáticos militares pueden
volver y así fue en el 2021. Esta tarde quiero coger un libro en la biblioteca
que sea más dulce y no me haga sufrir como este último, que me ha encantado
pero ha sido muy duro. A las 14:52 he notado débiles love sparks en el plexo
después de ponerte imágenes. Desde las 16h vuelve a dolerme mucho el corazón. Me
gustaría saber si es mi chakra heart que se está purgando y no eres tú. Pass
auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.
Eternamente tuya,
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