domingo, 25 de agosto de 2024

9 Beeindruckende Jahre

 

¡Hola mi dulce amor! Esta mañana pensaba en la cantidad de cosas que nos han ocurrido a los dos en 9 años, algunas buenas, otras regulares y otras tristes. Ya han transcurrido 3288 días desde la última vez que nos vimos. Quizás hemos estado cerca pero sin vernos, como el día que nuestros equipos disputaron un partido de la Champions o cuando yo visité München y estaba “tan solo” a 600 km de distancia.

Ayer escribí muy poco después de poner el relato en el blog a las 16h. A las 16:20 volví a sentir light codes en los chakras pero fue algo efímero. Cuando iba en el tranvía a las 16:48 escuchaba la radio y empezó a sonar Ariadna Grande con la canción Break Free, que sonaba muchísimo a finales del 2014 y principios del 2015. Me trajo muchos recuerdos y pensé que hay canciones que no he vuelto a escuchar nunca más en la radio y están asociadas a esa temporada donde nos veíamos en el restaurante. Una es Firestone de Kygo que especialmente sonó en julio y agosto del 2015. También me acuerdo de Prayer in C de Robin Schulz y muchas de Pablo Alborán o Amaia Montero.

Llegué a las 17h a casa de Rufo y salimos a pasear y media hora más tarde empecé a sentir malestar estomacal, con mi barriga revuelta y con jugos gástricos. Estuve una hora y media con el perro y alas 18:30 lo dejé en su casa, justo cuando empezaba a dolerme el corazón. Después noté tensión y dolor de cabeza. Sentía que estabas rodeado de más gente. Hubo un instante a las 19:25 que sentí ganas de llorar. A las 20h te puse imágenes de Good Evening y más tarde notaba inquietud y la sensación de que no podías contactar conmigo. A las 21h pensé en ti y fue como si captaras mi telepatía pues me volvió a dolerme el corazón. A las 22:30 te escribí Gute Nacht mein Liebling y quedé plácidamente dormida enseguida.

Hoy me he despertado a las 6h y enseguida al mirar el calendario me he acordado de lo que sucedió en el 2015. Me he duchado y te he puesto imágenes de Good Morning y a las 6:26 sentía como si estuvieras ya despierto y a las 6:48 incluso he notado débiles love sparks. A las 7:05 estaba en el autobús mirando fotos de aviones cuando de pronto he sentido ganas de llorar y mucha tristeza y cuatro minutos después me dolía el corazón, y sentía que tú captabas mis emociones, mis sentimientos, mis recuerdos. Mientras esperaba subir con el ascensor a las 7:37 he vuelto a sentir débiles mariposas en el plexo. He salido a pasear con Rufo, por calles solitarias y silenciosas y cerca del Deutsche Schule he notado dolor de barriga y nauseas a las 8:13.

Hemos paseado por jardines y de regreso a las 8:38 me dolía mucho el estómago y sentía la garganta irritada y sabía que no estabas solo. He dejado al perro en su casa y he cogido el tranvía enseguida. Sentada en el vagón, a las 8:50 he mirado tu social media y te has dado cuenta pues he sentido muchas ganas de llorar. A las 8:58 te he escrito en la colour note: ¿Por qué me siento tan triste y quiero llorar pero de forma reprimida? He llegado a casa a las 9:15 y te he dado un beso dulce y he desayunado mientras te ponía más imágenes. A las 9:42 he pensado en ti y he notado tu amor maravilloso. A las 10h he vuelto a notar malestar estomacal pero ha sido breve. He estado escribiendo y luego he salido para comprar y poco antes del mediodía he vuelto a conectar el ordenador. He escuchado un video que decía que el TF journey es la experiencia más dolorosa que se puede vivir y es cierto. 

Yo no había llorado ni echado tanto de menos a alguien como me ha ocurrido contigo. He sufrido y todavía siento, dolores en el corazón, estómago y otras dolencias que aparecen y desaparecen. Pero también los dos hemos gozado de un amor extraordinario, un placer cósmico, una bliss y felicidad indescriptibles. Mientras escribía esto, como si tú estuvieras recibiendo mi mensaje, he sentido pena y ganas de llorar y presiento que al igual que yo, estás muy nostálgico y recuerdas el pasado. Lo último que he anotado ha sido a las 13:39 cuando te he puesto un video de Puuung y diez minutos después he sentido ganas de llorar. Espero que el escrito de mi diario de hace 9 años te guste. Quien sabe si de aquí 9 años más todavía siga escribiéndote y sabiendo de ti. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán. Eternamente tuya,

MARTES, 25 DE AGOSTO DEL 2015: ¡OMG, No lo esperaba! Ha sido una maravillosa sorpresa. Gracias, Danke por venir. Este agosto ha sido una montaña rusa de emociones. Esta mañana cuando he cogido el bus que va a la ZAL en la radio ha sonado “A sky full of stars”  y me he acordado enseguida de él. Hoy me había vestido con el jersey naranja, los leggins de color verde y el collar de bolitas de amatista. Cuando al mediodía me dirigía al restaurante, pensaba que él ya estaría en Frankfurt. Al llegar al restaurante me ha sorprendido que en la fila donde se sientan los compañeros de su empresa, por lo menos 8 de ellos se me han quedado mirando de forma descarada y fijamente. Precisamente el chico de barba que estaba con él cuando nos abrazamos, creo que se llama Carlos, me ha mirado de una manera peculiar como si me felicitara y me dijera “ole tu valentía”. Sin embargo su jefe me ha sonreído de una forma socarrona, casi burlona. Pero los he ignorado a todos. Me he sentado y he pedido un plato de ensaladilla mientras charlaba con mis jefes y compañera de futbol y política.

¡De repente, no me lo podía creer! Lo he visto a través de la ventana que se dirigía hacia la entrada. Eran las 13:50 y en la radio sonaba Sugar de Maroon 5. Ha entrado hablando por el móvil. Me han sorprendido dos cosas, que se había afeitado y apenas tenía barba y su cara de enfadado, parecía tan furioso que casi asustaba. No me ha saludado, pero su presencia me ha dejado dizzy, breathless. Se ha sentado de espaldas a mí y continuaba hablando por el teléfono. Se me ha cerrado el estómago y Raquel la camarera me ha sonreído y guiñado el ojo. Lo he observado y llevaba tejanos, un jersey blanco tipus Lacoste y zapatillas deportivas de color azul marino. De pronto ha venido a mi mente todo lo que le escribí en la carta y he sentido rubor, vergüenza, confusión. Si hubiera podido, me hubiera escondido debajo de la mesa. El se ha pedido una ensalada mixta y bebía agua. Enseguida le han traído el segundo plato, lomo a las 5 pimientas. En el respaldo de la silla había colgado un chaleco verde y he escuchado que hablaba en alemán con un hombre cerca de él. 

Me encanta escuchar su voz en alemán. Poco a poco he visto que su rostro se relajaba, parecía más tranquilo y se inclinaba de una forma hacia la derecha que era como si quisiera mirarme de reojo, aunque nuestras miradas no han coincidido ni un momento. Yo estaba un poco tensa por la situación, imaginando qué habría pensado al leer mi confesión y sospechaba que no era el único que la había leído. El se ha pedido de postres un sándwich de nata y yo he pedido un café solo. La última canción que ha sonado antes de que nos viéramos por última vez, ha sido la de David Guetta “When love takes over”. Poco después me he levantado y lo he mirado pero él no quería o podía mirarme por algo que todavía no entiendo. Supongo que ya en frío me llegarán todas las respuestas. Hoy no parecía una despedida, no he sentido el dolor del día 20.

 


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