¡Hola
mi dulce amor! Cuando varios channellings coinciden en las mismas palabras, los
mismos sucesos, es que realmente algo está pasando. Desde el domingo todo ha
cambiado, no sé lo que ha ocurrido exactamente pero estamos en un proceso
extraño.
Ayer te puse el relato en el blog y a las 17h noté mucho fuego en mi plexo y me dolía un poco el corazón. Me fui un rato a la biblioteca, desde las 17:30 hasta las 18h pero antes de llegar, durante y después, no podía dejar de pensar escenas entre Hans y Felix. Me había vuelto la inspiración por algún motivo, tenía una imperiosa necesidad de escribir todo lo que se elaboraba en mi mente. Nada más llegar a mi casa, conecté el ordenador y empecé a escribir casi sin pensar, era como si alguien me dictara palabra por palabra. Mi profesora médium siempre me contó que tenía que escribir la historia de Estrellas cruzadas por algún motivo que con el tiempo descubriría.
Al terminar de escribir, me pregunté en voz alta por qué había escrito aquello, esos sueños y pesadillas que pude incluso visualizar. Una voz interior me dijo que pronto todo tendría sentido. Te puse imágenes de Good Evening y de pronto a las 20:12 me empezó a doler la barriga y cinco minutos más tarde sentí nauseas y ganas de vomitar. Después de cenar vi en las noticias que se habían manifestado en Köln y Essen en contra del partido AFD y tuve la sensación que tú estabas allí. Entre las 21:30 y las 22:30 fui alternando dolor en el corazón con dolor de barriga. Poco después me fui a dormir desmotivada, sin fuerzas ni energía.
Hoy he tenido pesadillas y ya llevo varios días así. No me acuerdo mucho de los detalles pero cuando me despierto me siento mal. La luna entrará hoy en tauro que es tu casa 12 y me llegaba tristeza y pocas fuerzas de tu parte. He ido a comprar el pan y la temperatura era de 17º, más propia de marzo o abril. En Alemania, muchos países de Europa o al otro lado del atlántico, en Estados Unidos y Canadá hay una severa ola de frío y aquí estamos como en la primavera. A las 9:29 después de desayunar te he puesto un collage diciéndote que te notaba triste y poco después he sentido débiles love sparks y fuego en el plexo. Alrededor de las 11h he notado un poco de dolor en el corazón pero también amor en el plexo. Al mediodía te he puesto más imágenes y de nuevo he sentido débiles mariposas en el plexo, pero continuo sintiéndote triste.
A las 13:10 te he puesto una imagen de saludo y me dolía y quemaba el pecho. Intuía que estabas en lunch time. De pronto a las 13:30 he sentido pena y ganas de llorar. Hoy he empezado a lavar los platos a las 14:45 y he notado de repente love sparks en el plexo. De pronto ha empezado a sonar Love me like you do y las mariposas se han vuelto más intensas. Poco tengo que contar más y por eso escribir aunque sea la historia de Hans y Felix me ayuda a llenar un vacío que siento porque estás lejos y distante, aunque yo también lo estoy. Te pongo lo que escribí ayer casi en automatic writing. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.
Eternamente tuya,
Martes
1 de febrero de 1955: Tan solo había pasado un mes y aunque intentaban ambos
olvidarse mutuamente, el destino o el universo no dejaba de enviar señales,
sincronicidades y coincidencias que provocaban que se pensaran todavía más con
nostalgia. Hans en Frankfurt no dejaba de ver matrículas con las iniciales del
nombre y apellido de Felix y contactar con gente de Munich o incluso
Ingolstadt. Por su parte el capitán leía noticias de Frankfurt o se topaba con
gente llamada Hans o Johannes. Su recuerdo era doloroso y tenía que recurrir a
su disciplina militar para no caer en la tentación de ir a verlo aunque fuera a
escondidas. Hans por su parte se distraía con su hija, con el trabajo, paseando
o charlando con amigos, pero muchas veces el recuerdo de Felix acudía a su
mente.
Lunes 7 de febrero de 1955: Felix fue a una cafetería a desayunar porque en casa se sentía solo. Se había levantado con poca energía y algo triste. Después de comer un bocadillo con una salchicha de Frankfurt y una cerveza amarga, se dispuso a tomar un café caliente. En el exterior la temperatura rondaba los 0º y aunque no nevaba, el hielo imperaba en el suelo y árboles. Empezó a leer el periódico, con el pronóstico metereológico, avisando que llegaban unos días templados pero a mitad de febrero hasta finales volvería el frío. Al lado había el horóscopo y aunque Felix no creía, le llamó la atención porque a Leo le decía que la luna llena en su signo le provocaría sueños vívidos y con mensajes. A virgo le decía que pasaría un día con baja energía, tristeza y nostalgia. Chasqueó la boca, se acabó de beber el café y salió a pasear por un parque cercano, intentando no pensar en Hans, pero eso era imposible.
Martes 8 de febrero de 1955: Felix se despertó de un sobresalto e incluso se cayó de la cama. Estaba empapado de sudor, con la respiración acelerada y una expresión de miedo y dolor. Tardó unos segundos en situarse. Cuando conectó la luz, empezó a entenderlo todo. Se levantó para ir al baño y se tambaleó, se mareó pero arrastrando los pies llegó hasta el lavabo donde se lavó con agua helada que lo despertó de golpe. Al mirarse al espejo, su rostro estaba desconcertado, en shock, haciendo pucheros y con los labios temblando. Regresó a la habitación y miró el reloj. Tan solo eran las 3 de la madrugada y le aterraba meterse en la cama de nuevo. Las imágenes de la pesadilla no se borraban, se proyectaban en su mente sin parar, era una tortura. Quería olvidar aquello que había visto, Hans en peligro de muerte continuamente. Primero con una serpiente pitón que quería estrangularlo y Felix no podía ayudarlo. Después lo veía cavando su propia tumba, como el propio Felix había visto con algunos judíos durante la guerra. Cuando intentaba salvarlo, unos propios nazis lo disparaban y Felix caía al suelo agonizando y veía como Hans lloraba, con las manos encallecidas y sangrantes. Ya no pudo dormir más. Se levantó y buscó un libro donde tenía escondida una foto de Hans y la besó con lágrimas en los ojos, rogando para que estuviera bien y no le pasara nada.
Hans notó cómo lo zarandeaban, incluso lo golpeaban y al abrir los ojos vio que su mujer Sarah lo miraba con una expresión de rabia y enfado. No entendía qué estaba ocurriendo, pero pronto lo averiguó.
-¿Quién
es esa a quién llamabas Meine Liebe? ¡Maldita sea! No dejabas de murmurar esas
palabras. ¿Quién es ella?-vociferó con voz ronca.
-Estaba
soñando con Marien. Ella es Meine Liebe.
-¡Mientes!
He podido notar tu excitación apretando mis nalgas y además jadeabas en sueños.
Y
antes de que pudiera reaccionar, apartó el edredón y pudo comprobar que Hans
tenía una mancha húmeda en la zona de los genitales. El olor que desprendía era
evidente, pero no era una simple polución nocturna.
-¡Ya
no te creo Hans Blumenthal! Hay una mujer en tu vida que no puedes sacarte de
la cabeza.
-No
hay ninguna mujer…-masculló Hans agachando la cabeza.
De pronto Sarah llena de ira le dio una bofetada y se levantó disgustada, frotándose la panza y se encerró en el lavabo donde la oyó llorar. Hans tenía la mejilla ardiendo y sus ojos también se llenaron de lágrimas. Apretó los labios y pensó en Felix. Había soñado con él, hacían el amor con dulzura y pasión, podía sentir sus besos y su deseo. Se llevó las manos a la cabeza, pues de día podía controlar todos sus movimientos, pero de noche era imposible dominar su subconsciente. Felix ya le había dicho que hablaba mucho en sueños y no podía evitarlo.
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