jueves, 28 de diciembre de 2023

Du bist meine Luft, mein Licht

 

¡Hola mi dulce amor! Mientras escribo miro por la ventana y el cielo está gris y hace frío. Hans y Nina están conmigo en la habitación porque han venido mis tres sobrinos a comer y les altera el ruido. Siento que también es un día de bruma para ti hoy pero todo pasará, volverá a salir el sol.

Ayer te puse el relato en el blog pero no fue hasta las 16:54 que me comenzó a arder my chest y diez minutos después, camino de la biblioteca, me empezó a doler un poco la barriga. Estuve un rato allí, no iba desde el jueves pasado y a pocos minutos para acabar la sesión a las 18h noté débiles love sparks en el plexo y miré tu social media. Tuve la sensación que estabas en tu trabajo. Al ir a la toilette de nuevo saqué bastante flujo vaginal pero no sentía las mismas sensaciones que el martes. En lugar de ir a casa, estuve paseando un rato y de pronto empecé a elaborar mentalmente la continuación de la historia de Hans y Felix en 1954 si estuvieran vivos.

Estaba tan centrada en mis pensamientos, que ni tan solo me acordaba de ti. Era algo mágico y terapéutico, les hago vivir situaciones menos duras que cuando sucedió la guerra y todo es más calmado, pero no exento de preocupaciones y obstáculos. Al llegar a casa conecté el ordenador y empecé a escribir sin parar, era como una cascada de pensamientos y me acordé que mi profesora de cromoterapia, que era médium me comentó que cuando escribí Estrellas Cruzadas, fue una escritura automática, yo me limitaba a teclear y llenar las hojas de Word con palabras y capítulos que mi higher self me dictaba.

Alrededor de las 19:20 sentí débiles love sparks y me vibraba el corazón pero no te presté mucha atención, estaba focalizada en escribir y me hacía sentir bien. Justo cuando te puse imágenes de Good Evening, minutos más tarde me comenzó a doler la barriga, sintiendo unos jugos gástricos que me subían desde el estómago hasta la garganta y con mal gusto de boca. La conexión se cerró de repente, te noté muy distante y cuando te escribí en la colour note que presentía que no podías contactar, me dolió el corazón. Después viví durante 3 larguísimos minutos, una sensación donde lo paso realmente mal pero sabía que tú también estabas sufriendo mucho.

Te detallo lo que escribí desde las 21:48 a las 21:51: ¿Qué está pasando mein Liebling? Siento mucha ansiedad dentro de mí. Me falta el aire y noto el estómago oprimido. Siento nauseas y las ganas de vomitar son muy intensas. ¡Me ahogo! Es una sensación horrible. Me costó recuperarme y lo último que anoté en mi colour note fue a las 22:14 cuando me dolía la barriga y decidí irme a dormir para no pensar ni sentir. Te escribí Gute Nacht mein Liebling y por suerte quedé enseguida dormida.

He dormido toda la noche y me he despertado a las 7h pero sin voz, afónica y sin muchas fuerzas. Me he quedado en la cama hasta que los gatos me han reclamado el desayuno. Después me he duchado y he mirado el móvil, poniéndote imágenes de Good Morning y cuando eran las 8h he notado que me dolía un poco el corazón. He salido a comprar y hacía frío, 4º y además el cielo estaba gris y yo no estaba triste pero si un poco desanimada. Eran las 8:46 y en ese momento estaba pensando en ti y de pronto he visto una matrícula 222 cerca de mi casa y me ha hecho sonreír. Te he escrito en la colour note “I love you baby”. No he desayunado, tan solo un café caliente y te he puesto una imagen diciéndote que me había sentido triste pero de pronto había visto el número mágico y mi cielo nublado se ha llenado de sol y  arco iris. A las 9:32 estoy segura que lo has visto, pues de pronto he sentido mariposas maravillosas en mi plexo y tu amor increíble durante 3 minutos. Después no podía dejar de darte besos y he salido a comprar. 

Eran las 10:17 cuando regresaba y en medio de la calle he empezado a sentir dolor de barriga, nauseas y ganas de vomitar. A las 11h he conectado el ordenador y me ha empezado a doler un poco el corazón pero ha sido a las 11:51 que he notado más intensidad. Después te he notado muy poco pero yo cada vez me sentía más abatida y sin energía. Hace poco a las 16h me dolía la cabeza y la barriga y era como si me hubieran propinado una paliza. Dicen que esta luna llena ha sido potente y la verdad es que sí. Te pongo un extracto de lo que escribí ayer de forma improvisada. Escribir es lo único que a veces me motiva, me sumerge en una burbuja de felicidad de la que no quisiera salir. Espero estés bien. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.

Eternamente tuya,

25 de diciembre de 1954: Hans se despertó el día de Navidad con el primer rayo de sol que apuntó a su cara. Abrió los ojos y se desperezó y con los movimientos Felix también vio la luz. Estaban los dos abrazados todavía y en el aire flotaba un aroma a excitación. Se miraron a los ojos y Hans esgrimió una suave sonrisa. Hubiera tenido que coger el último tren a las 21h de Munich a Frankfurt, pero estaba tan extasiado y agotado, que no tuvo fuerzas para levantarse. Cada vez se le hacía más arduo separarse de Felix y volver a su casa. Tan solo el recuerdo de su pequeña Marien le daba un empujón para verla y abrazarla. Felix estaba acostumbrado todavía a la rutina militar y se levantó sin pereza, se vistió y fue a preparar el desayuno. Hans se hizo el remolón y cerró los ojos al aspirar la fragancia que Felix había dejado en la almohada y la colcha. Después se puso en pie, se aseó un poco y cuando se dio cuenta ya estaba disfrutando de un calórico desayuno, aunque evitó probar las salchichas. Primero degustó un huevo frito y luego cambió el salado por el dulce sabor de la mermelada de fresa untada en el pan. 

Eran las 9:30 cuando salieron de casa de Felix con destino a la estación central. Las calles estaban desiertas, todavía dormía la gente después de una noche festiva y familiar. Al llegar a la estación, quiso acompañarlo hasta el andén y Felix tuvo un deja vu de cuando se separaron bruscamente en abril de 1943, pero enseguida quiso borrar la amarga imagen de su mente. Hans miró el reloj y los horarios y el tren no salía hasta las 10:45, por lo que decidieron pasear por las galerías interiores, donde vendían periódicos, bretzels o bebidas. De pronto Hans frenó en seco y su mirada quedó fija en algo o alguien. Felix miró en su misma dirección y vio a una mujer vestida de forma estrafalaria, con pendientes de aro, un pañuelo en la cabeza y muchos collares y pulseras. Encima de una mesa con un mantel con símbolos, una baraja de cartas. Hans sonrió y se mordió los labios pero Felix negó con la cabeza.

-Es una charlatana, te va a sacar el dinero o te va a decir lo que quieres escuchar. Ya sabes que yo no creo en todo esto.

-No todos son iguales Felix. Mi hermana Eidel es una experta en cábala y creo que esa mujer también sabe de estos temas.

-¿Pero qué quieres saber? Si es sobre nosotros no me interesa…

-Tienes miedo de que nos diga algo malo, ¿verdad? Yo tengo curiosidad. Si quieres ven…

 


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