jueves, 28 de abril de 2022

Nos volveremos a encontrar

 

¡Hola mi dulce amor! Hoy no pensaba escribirte. Desde que me he despertado me siento muy malhumorada y me produces rechazo. Hacía mucho tiempo que no me comportaba así. Quizás sea el purging que están sufriendo las DF, o la luna en Aries que tú y yo tenemos. Y he pensado que sería un buen momento para recordar un extracto de nuestra última vida pasada.

Ayer cuando estaba conectada no sentí tu presencia hasta las 17:06 cuando noté débiles love sparks. Poco después vi una matrícula 222 y te escribí Ich Liebe dich. A las 17:40 estaba comprando y de nuevo noté love sparks. Ya en casa a las 18:15 se me activó una potente e intensa excitación pero me empezó a doler el corazón. A las 18:45 el dolor en el pecho era muy doloroso, excruciating. A las 19:47 out of the blue noté tu amor maravilloso y ganas de besarte. Dos minutos después noté como si me estuvieras abrazando la espalda, podía percibir tu energía. A las 20h noté electricidad y bliss como si me estuvieras abrazando muy fuerte. Lo último que anoté en mi colour note fue a las 21:34 donde escribí que volvía a sentir dolor en el corazón. Me costó muchísimo poder dormir y no lo logré hasta la medianoche.

Hoy me he despertado a las 07:10 y no podía creerme lo que me estaba sucediendo. Me dolía bastante la barriga, tenía dolor de cabeza intenso y en algún momento me dolía el pecho. Me he sentido desquiciada, desesperada, quería gritar de rabia por tener que soportar unos dolores que solo me ocurren en determinadas circunstancias. Cuando estás solo, no siento absolutamente nada de dolor, excepto tristeza o pinchazos en el corazón, pero el dolor estomacal solo me sucede en momentos concretos que tú y yo sabemos. Me sentía nostálgica y he leído algunas páginas de mi libro, todavía me emociono al recordar lo que pasaron Hans y Felix. También había una tercera persona entre ellos pero solamente los pudo separar la maldita guerra. Mientras desayunaba te notaba lejos y cuando te he puesto unas imágenes, a los pocos minutos he empezado a sentir nauseas estomacales y sentía que si yo estaba mal, tú estabas peor. A las 10:00 notaba mucha rabia y agresividad y deseaba calmarme con algo que siempre resulta efectivo: Escribir.

A las 10:30 ya estaba en la biblioteca y durante 90 minutos me he sentido en un oasis de paz. Al mediodía ya camino a casa, sentía una mezcla de arousal y dolor de barriga y me sentía muy tensa contigo, he llegado a pensar que me han hecho un “spell” para que no sienta deseo hacia ti. Después he escuchado un channelling donde explicaba que el DM está o bien Angry o Teary. Mientras estaba comiendo me dolía un poco el corazón y ya durante el Afternoon Coffee he notado una mezcla de amor y dolor en mi pecho. Pero a las 14:48 he notado mucha tristeza. Hace pocos minutos, regresaba de ver los gatos y de nuevo sentía mucha agresividad y tenía que contar hasta 5 para poder calmarme. Es como si estuviera poseída por una fuerza demoníaca. Te añado un extracto de mi libro cuando Hans y Felix se vieron por última vez. 

Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán. Eternamente tuya,

He soportado mis emociones y he estado serio durante el largo viaje pero ahora que hemos llegado delante de la estación de Basilea, mi estómago se encoge. Me doy cuenta que hay nazis camuflados en la estación y alrededores, los conozco de vista y espero que ellos no me reconozcan a mí por la seguridad tanto de Hans como mía. Suiza es muy tranquila comparada con el polvorín de Alemania pero hay que ir con pies de plomo y no fiarse de nada ni nadie.  Son las 7 de la mañana y hay trajín de gente con maletas. Hans lleva la suya. Está algo destartalada, curtida pero más vale así para no levantar sospechas.  Varios olores acuden a mi nariz cuando subimos las escaleras, mezcla de humo de tren, de tabaco, de desinfectante pero también de pan recién horneado. Veo un lugar donde venden bretzels y compro un par y se los doy a Hans por si quiere comer durante el viaje hasta Zurich. Pronto saldrá su tren y me tiemblan las piernas, siento una horrible opresión en el pecho. Localizamos el andén donde debe coger el tren y bajamos las escaleras. Alzo la vista y veo un reloj con resplandecientes y destellantes agujas doradas. Nos quedan pocos minutos...Miro a mi alrededor y veo a mujeres despidiéndose de sus hijos, de sus familiares, se abrazan, se besan, lloran sin remordimientos, se tocan, se palmean la espalda. ¡Cómo los envidio, maldita sea! Nos vamos a separar bruscamente y seguramente no nos veamos nunca más. Tengo el alma desgarrada y tengo que apretar fuertemente los labios para no estallar en un violento llanto y caer de rodillas sobre el áspero suelo gris.  Nos despedimos con un fuerte abrazo y quiero besarle el cuello, morderle el lóbulo de su tierna oreja. Ojalá nuestras lenguas pudieran enlazarse una última vez, pero debemos reprimirnos. Nos miramos unos segundos fijamente y el tren da un pitido para avisar que en breve partirá. Los ojos azules de Hans están húmedos y está haciendo un esfuerzo enorme para que las lágrimas no salten y resbalen por sus pómulos sonrosados. Me siento como si me estuvieran clavando un puñal en el corazón y lo hicieran girar en círculos para abrir más la herida.

 


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