¡Hola mi dulce amor! Ha sido
un weekend extraño, con muchos altibajos, emociones tristes y otras más
esperanzadoras. El sábado empecé el día soñando contigo. Te veía salir de un
edificio en una ciudad alemana, acompañado de dos hombres maduros. Llevabas un
precioso abrigo de color café con leche, una bufanda y unos guantes rojos
porque hacía mucho frío. En el mundo onírico, el color rojo significa
seducción, excitación, deseo…Pensé que esos guantes estaban protegiendo unos
dedos que un día antes había “devorado”, lamiendo y mordiendo y viendo como te
excitabas mucho. Desde bien temprano, notaba una vibración en el plexo, mucho
amor en el pecho y no dejaba de darte besos y decirte Te quiero, y en una ocasión
mi ojo derecho empezó a llorar solo. Eran las 12 del mediodía cuando me detuve
en plena calle para escribir en mi colour note: “Siento muchísimo amor dentro de mí”. Poco después vi dos
matrículas 222 y te dije Te amo. Estaba ya en la cafetería, cuando pasadas las
12:30 empecé a sentir dolor en el pecho y me volvió a llorar el ojo derecho,
esta vez con unas lágrimas desbordantes.
Mi alma captó tu tristeza, porque de repente me sentí muy triste y el
dolor en el pecho se incrementó. Cuando salí de la cafetería a las 13:30 sentía
los ojos pegajosos y todavía pinchazos en el pecho. Te pregunté
telepáticamente: Cariño, ¿por qué esta
mañana sentía tanto amor y felicidad y ahora de repente, siento dolor y
tristeza? No tardaste ni 3 segundos en responderme y me dijiste: Después de comer tengo que ir a un lugar
con gente y no quiero estar allí. Te di besos y sé que los notabas porque
el corazón me palpitaba muy deprisa. Me pasaron dos cosas curiosas. Cada vez
que miraba el móvil era el minuto 44 (a lo largo del día me ocurrió 6 veces) y
no dejaba de ver matrículas 222 e incluso una 2222. Era como si fuera una
manera silenciosa de decirme que pensabas en mí. Por la tarde volví a sentir de
nuevo dolor en el pecho que me duró casi hasta cuando me fui a dormir. Notaba
que tenías que reprimirte las emociones porque no estabas solo.
El domingo fue tan gris como
el color que escogí en mi colour note para escribir. No sé por qué, pero cogí
mi libro Estrellas Cruzadas, quizás buscando una respuesta a mis múltiples
dudas que asolan mi cabeza. De pronto un fragmento captó mi atención. Era
cuando Felix le decía a Hans que aceptaba que se casara y tuviera hijos con la
mujer judía que había elegido su familia y Hans se rebelaba diciendo que no
quería. Felix le comentaba que él se conformaba con verlo dos o tres veces al
año pero no quería perderlo. Más tarde, consultando el móvil, leí un
channelling que concordaba bastante con lo que había leído. Ojalá sea sólo mi
imaginación, pero a veces me asusta comprobar que muchas cosas que ocurrieron
hace 80 años, se están repitiendo ahora.
Por la noche a última hora me
ocurrió algo sorprendente. Estaba mirando en la tele, la serie La Catedral del
Mar. Hubo dos escenas que provocaron triggers y tristeza dentro de mí. En la
primera, el protagonista Bernat Estanyol salva a tres niños judíos que son
perseguidos por la gente de Barcelona, porque acusan a los judíos de traer la
peste. Y la segunda escena, cuando el protagonista es obligado a casarse con
una mujer que no ama, mientras la chica de la que está enamorado, queda
destrozada por la injusticia. Pocos minutos después de esto último, de repente
sentí mucha pena y grité tu nombre en voz alta a la vez que notaba mucha
angustia y me costaba respirar, me faltaba aire. De repente empecé a llorar y
sentí dolor de barriga. Fue breve pero sabía que eras tú…Era como si hubieras
captado mis pensamientos y notaras mi tristeza.
Esta mañana después de
ducharme he escrito tu nombre en el espejo y he añadido: ¿Qué te pasa? Te quiero precioso. Sabía que tarde o temprano me
ibas a contestar. Una hora más tarde, estaba desayunando y he empezado a sentir
mucho dolor en el corazón y antes de que te preguntara, me has dicho
telepáticamente: ¿Cómo puedes amarme
después de todo lo que te he hecho? Y yo con mucha paz he escrito en mi
colour note para que te llegara: Amor
mío, nunca había amado a nadie igual que a ti y reconozco que a veces es muy
duro y cruel, pero sé que esto que estamos pasando es por alguna razón. Sólo sé
que mi corazón te ha escogido y mi alma solo desea abrazar a la tuya.
Mañana ya te escribiré para
desearte buen año, pero quería escribirte hoy para que veas que pienso en ti,
que también sufro y te echo mucho de menos. Intento distraerme, ser fuerte pero
a veces me derrumbo y me siento perdida. Me he dado cuenta que todo es cíclico,
y que cada mes hay días malos y con bajas energías. Estoy segura que pronto los
dos estaremos bien.
Cuídate amor mío, recuerda que
te amo más que a mi vida y que I miss
you like crazy.
Eternamente tuya,
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