¡Hola mi dulce amor! Tenía
dudas de si debía escribirte hoy. Es una fecha muy especial para mí que llevo
grabada en mi corazón. Ya no siento la tristeza de los anteriores años, sino
que recuerdo ese día como el más maravilloso de mi vida, aunque salpicado con
gotas de sutil pena. Fue cuando me abrazaste y me diste dos besos, allí en el
restaurante. Aún recuerdo el efluvio de tu colonia, tus ojos luminosos y tu
bonita sonrisa. Y ya han pasado cuatro años pero no somos los mismos. Hemos
cambiado, tú y yo pero somos mejores personas, llenas de luz y amor. Esta
mañana me he despertado con el cuerpo lleno de energía, como si estuvieras en
mi cama abrazándome con fuerza. Ni siquiera la ducha con agua fría ha podido
borrar la sensación de un abrazo astral. Y lo que ocurrió ayer por la tarde…
A las 7 de la tarde estaba
escribiendo en mi diario. Había encendido una vela de color rojo y una varita
de incienso que me relaja. De repente sentí una profunda excitación en el sacra
pero también me dolía mucho el corazón. Y me llegó tu telepatía. Me dijiste:
“Te deseo mucho y te echo de menos”. Quería dejar pasar los minutos porque a
veces siento un arousal de un par de minutos y después desaparece. Eran casi
las 8 cuando te puse una imagen deseándote un “Good Evening” y después te besé
con pasión. Tengo una foto tuya a color que no me canso de besar y acariciar.
Te di más de 20 besos mientras te decía TE QUIERO o palabras bonitas. No me
imaginaba las consecuencias posteriores. Apenas 10 minutos más tarde sentí una
fortísima excitación y el corazón palpitando muy deprisa. No podía resistirme,
era un arousal que me enloquecía los sentidos. Era como si se hubiera activado
la kundalini porque aparte de los tres chakras principales, el cosquilleo era
en todo el cuerpo aparte de mucho ardor. Cuando te vi llegar estabas muy
excitado y ya cuando elegiste la postura y me penetraste, te oí gemir muy
fuerte, hacía mucho tiempo que no gritabas tanto de placer. Tú también me
hacías gemir y de nuevo sentía tu placer dentro de mí. Me gustaría poder
describirte el placer que sentíamos ambos pero imagínate el placer que sientes
habitualmente pero multiplicado por diez. Cuando ocurre esto, tengo la
convicción de que tú estás haciendo lo mismo que yo, es como si estuviéramos
haciendo el amor juntos, y cuando conectamos nuestros chakras a la vez, el
placer es sublime, excelso, divino, celestial…
Los minutos finales fueron
increíbles. Tu cara, tus ojos, tu expresión facial eran de puro éxtasis. Vi una
imagen que desencadenó el clímax y que no puedo quitarme de la cabeza. Mientras
me penetrabas con empuje y fuerza, me mordías el cuello y veía tus dientes en
el lado derecho de mi cuello. Aquella sensación me enloqueció de placer y el
resultado fue un orgasmo tan intenso y profundo que me convulsioné como si
hubiera recibido una descarga eléctrica. Y me di cuenta una hora más tarde, que estabas
relajado, como si aquella bomba de placer que habías sentido, hubiera borrado
tu dolor, tu tristeza, tu insomnio, tu ansiedad. Te notaba feliz, con una paz
interior que hacía tiempo no sentías.
Después de cenar me puse a ver
mi serie turca favorita y curiosamente en el episodio de ayer, la pareja
después de muchos obstáculos y problemas, van a una casa rural y hacen el amor
por primera vez. Cuando se besan, se abrazan, se quitan la ropa, sentía como si
fuéramos tú y yo. Por la mañana están los dos abrazados en una cama con sábanas
blancas y ella le dice a él: Ya no tenemos que escondernos. Y me imaginé que tú
y yo también estábamos juntos en una cama, abrazados, rebosando amor. Y tras
varias noches donde me costaba mucho dormir, ayer después de besar tu foto y
decirte Gute Nacht mein Liebling, abracé mi almohada y caí rendida en un sueño
profundo.
Te quiero mi amor.
Eternamente
tuya ,
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