¡Hola mi dulce amor! Tenía
previsto escribirte mañana para alegrarte el día en una fecha tan especial,
pero lo que ocurrió ayer me ha instado a ponerte este relato para animarte.
Ayer domingo tuve un día
incómodo y ni siquiera me apetecía leer. No estaba a gusto en ningún lugar. Por
la mañana sentí tu fuerte presencia pero luego a lo largo del día me distraje y
te noté lejos. De repente, cuando menos lo esperaba, a las 8 de la tarde noté
como se activaban los tres chakras y de manera intensa. El corazón me palpitaba
muy deprisa. Además de nuevo noté tu presencia, era como si te tuviera delante.
Besé tu foto y supe lo que necesitabas. Cuando cerré los ojos me sorprendió ver
tu rostro…Tus ojos estaban llorosos y parecías muy triste. Además me di cuenta
que estabas ansioso por verme, tocarme, amarme…En ese instante entendí porque
desde hacía más de una hora, sentía un fuerte dolor en el pecho y en el
corazón. Y de repente, todo fue abrazarnos, besarnos, tocarnos, y un aura de
magia nos envolvió. Tu tristeza desapareció, mi seriedad se transformó en
alegría y la imagen que vi me hizo suspirar. Vi lo felices que éramos cuando
estábamos juntos, el amor que nos curaba todo el dolor, la tristeza, la rabia o
incluso el ligero dolor de cabeza que sufría desde hacía un par de horas.
Hubo otra imagen preciosa. La
postura que elegiste no impidió acariciarme o besarme y cuando me besaste, de
nuevo sentí aquellas cosquillas en mi boca y aparte de enloquecerme, me hiciste
sonreír y te contagié mi sonrisa. Verte sonreír me llenó de satisfacción. Me
mordiste la nuca, me acariciaste con tus dedos mi húmeda intimidad y de nuevo
el placer nos unió en aquel lugar donde somos los más felices del mundo.
Susurraba tu nombre mientras
besaba la almohada y el placer crecía cada vez más. Cuando alcanzamos el
clímax, después nos quedamos los dos muy relajados, abrazados. Sentía ganas de
llorar pero de felicidad. Una hora más tarde sentí de nuevo dolor en el pecho y
una sensación de nostalgia, era muy fuerte el sentimiento de que me añorabas
mucho. A veces creo que cada vez que beso tu foto, tú lo notas muchísimo y te
invade una sutil tristeza.
Por si tenía alguna duda, me
enviaste una señal justo antes de ir a dormir. Estaba a punto de cerrar la
radio cuando empezó a sonar Missing You de John Waite que hacía mucho que no
escuchaba. De pronto sentí como mi pecho ardía con un fuego potente. Leí una
vez que es otra manera de transmitirnos mútuamente amor.
Espero que este escrito te
anime y te haga sonreír un poquito. Te quiero con toda mi alma my Sunshine. No
olvides nunca que eres un ángel terrenal maravilloso.
Eternamente tuya,
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