¡Hola
mi dulce amor! Son las 6 de la mañana y me he despertado pensando en ti.
Quisiera ahora mismo estar a tu lado, abrazarte con fuerza, besarte dulcemente
y decirte Feliz Cumpleaños mi amor. Y luego te traería el desayuno a la cama
mientras el sol se reflejara en la ventana. No quiero que estés triste my
Sweetheart, aunque estés lejos, estoy segura que sentirás mi amor por ti. Por
esta razón he imaginado como sería compartir contigo un día tan especial.
Espero que cuando lo leas, sientas felicidad, amor y la confianza de que estoy
a tu lado y siempre lo estaré. Quizás este relato imaginario se cumpla algún
día. Deseo que te guste mein Sonnenschein.
Hoy
es tu cumpleaños y pasaremos 24 horas juntos que aprovecharemos al máximo.
Quedamos a primera hora de la mañana delante de una cafetería. Al vernos nos
sonreímos y luego nos abrazamos y nos damos un dulce beso. Puedo oler la
fragancia marina de tu aftershave, el aroma corporal a jabón de pino y la
embriagadora colonia de sándalo que me enloquece los sentidos. Seguro que
también notas mi olor. Desde que hice aromaterapia, me embadurno el cuerpo con
aceites de bergamota, geranio, ylang-ylang, naranja…Hoy llevo el de geranio y
sé que te gusta mucho. En la cafetería nos pedimos un café de kenia (los dos
somos muy sibaritas) y un par de croasanes rellenos de chocolate (también muy golosos).
Después
nos vamos a pasear por un paseo marítimo. El sol se refleja sobre el azul del
mar y una esencia marina nos oxigena los pulmones. Nos descalzamos y caminamos
por la arena. Es una sensación maravillosa. Nos tendemos en la arena y
contemplamos el cielo despejado de nubes. A lo lejos se oyen las gaviotas y el
rumor de las olas nos relaja. Nos besamos, notamos los labios salados y te
acaricio los cabellos que la brisa te despeina. Paseamos, hablamos, tomamos un
té Rooibos y cuando es la hora de la comida nos vamos a un restaurante a
disfrutar de marisco, tapas, una sangría fresca que nos achispa un poco y un
helado de vainilla.
Por
la tarde cambiamos el mar por la montaña y paseamos por un bosque de árboles
centenarios que nos dan sombra, nos descalzamos y dejamos que el fresco césped
nos cosquillee las plantas de los pies. Se oyen tórtolas, pájaros que cantan
deliciosas melodías. Somos felices juntos, no podemos esconder el brillo de
nuestros ojos, cómo vibran y laten nuestros corazones…Cada beso, cada caricia,
cada mirada transportan moléculas de amor que nos embriagan de felicidad.
Subimos
a una montaña y contemplamos el ocaso del sol. Siempre había deseado ver un
“sunset” contigo. El cielo se tiñe de naranja y luego de azul oscuro hasta que
aparecen las estrellas. Vemos una estrella fugaz y pedimos un deseo. Nos
miramos con complicidad porque nos leemos las mentes. Nos vamos a cenar unas
tapas de jamón, queso, tostadas con aceite…Se oyen los grillos y a lo lejos
contemplamos la espléndida luna llena que nos ilumina con su luz.
Finalmente
nos vamos a un hotel, en un lugar tranquilo y silencioso. Nos damos un baño
relajante, de espuma, jugamos con las burbujas y nos acariciamos. Cuando
salimos de la bañera, te hago un masaje de la cabeza a los pies. Mis manos
llenas de aceite de almendras, acarician toda tu piel. Ronroneas, te encanta.
Tienes cosquillas cuando te toco el pecho y me sonríes. Media hora más tarde,
me miras con deseo y tus labios sellan todo mi cuerpo. Nuestros chakras están
revolucionados, nuestras almas deseosas de fundirse, nuestros corazones de
vibrar a la vez. Y hacemos el amor, sacred love, astral sex, como te guste
llamarlo. Y el placer nos eleva al nirvana, sensaciones divinas que nos hacen
flotar de felicidad y que culmina con un clímax tan fuerte e intenso que
tardamos minutos en recuperarnos, abrazados, resoplando de felicidad y éxtasis.
Y nos besamos y entonces te miro, te acaricio y te susurro: Te quiero mi dulce
amor.
Feliz cumpleaños mi alemán guapo.
Eternamente tuya,
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