¡Hola
mi dulce amor! Hoy en clase de coaching hemos hablado de las emociones y he
pensado que aunque estemos detached, desconectados, distantes, nuestras
emociones positivas y negativas hablan sin palabras.
Ayer no escribí mucho después de ponerte el relato en el blog. A las 15:40 ya estaba en el bus que me llevaba a ver a Rufo. Tenía muchas ganas de verlo y no imaginaba que ambos seríamos complementarios el uno con el otro en plan terapéutico. Hacía frío, apenas 10º pero por lo menos brillaba el sol. A las 16:24 justo acababa de bajar del tranvía, cuando de repente empecé a sentir fuertes nauseas estomacales y muchas ganas de vomitar. Pregunté en voz alta qué te ocurría y en ese momento pasó por delante de mí, un coche con matrícula francesa FD. Pensé que sería una casualidad. A las 16:30 ya estaba con el perro y me dolía un poco la barriga. Nada más salir a la calle me di cuenta que estaba muy nervioso y alterado, como si hubiera salido apenas 10 minutos al exterior pero enseguida hubiera regresado a casa. Nos fuimos al parque de las palmeras y poco a poco se fue relajando. La naturaleza estaba húmeda por las lluvias del fin de semana y disfrutó mucho. Allí sentada en un banco, reflexioné y de pronto entendí por qué el domingo te notaba tan triste, con tantas ganas de llorar y sospeché que no estarías solo quizás más de 72 horas.
A las 17:09 te puse imágenes y miré tu social media y me empezó a doler muchísimo la barriga, igual que había sucedido por la mañana. Nos fuimos a la montaña de Sant Pere Mártir y los dos nos relajamos mucho, era fantástico caminar por un bosque donde se respiraba aire puro, con aire frío y con el horizonte del mar a lo lejos. De regreso a su casa, justo al pasar por delante de la Deutsche Schule, vi una matrícula 222 y te escribí Ich Liebe dich. De repente a las 18:11 me comenzó a doler el corazón y me sentía muy tensa y nerviosa. Dejé al perro junto a María, su dueña joven y el pobre se me quedó mirando con ojos de pena. Sé que quería un masaje, unas caricias pero me siento incómoda con ella. Mientras iba en el tranvía noté que se me había calmado el dolor de barriga y pensé si el hinojo silvestre que había comido en la montaña, estaba siendo un buen remedio para mi estómago adolorido.
A las 19:35 ya estaba en mi casa y noté muy mal gusto de boca y no había comido nada desde hacía 5 horas, tan solo agua. Miré tu social media y te puse imágenes de Good Evening y a las 20:49 volvió a dolerme la barriga. A las 22:30 decidí irme a dormir. Me di una ducha caliente y me tumbé en la cama pero me di cuenta que mi cuerpo estaba agotado pero mi mente completamente despierta. No dejaba de pensar en ti, imaginando qué estarías haciendo. Entonces a las 23:47 noté gusto de alcohol en mi boca. Sentía que también estabas despierto. Necesitaba dormir y como la respiración y la meditación no surgía efecto, decidí recurrir a la masturbación pero tú no aparecías en mis imágenes. Sentí placer y me desahogué pero después me quedé triste, frustrada, vacía completamente y tuve la sensación que a ti te había ocurrido exactamente lo mismo las últimas veces que habías tenido sexo. A los 5 minutos ya estaba durmiendo relajada.
Hoy me he despertado a las 7h y sentía que ya estabas despierto pues he notado dolor en el corazón. Mientras me duchaba, he notado otra vez los jugos gástricos en mi garganta que estaba irritada. Poco después he vuelto a sentir de nuevo un sabor a alcohol en mi boca. A las 8:30 había regresado de comprar el pan y me sentía enfurecida y ya no sabía si era yo, eras tú o los dos a la vez. Te he puesto imágenes mientras me tomaba el café y a las 9h me ha empezado a doler la barriga. A las 9:19 he hecho una pausa en un banco que está cerca de la biblioteca y el edificio donde voy a hacer clase, para explicarte mediante un dibujo, el intenso dolor estomacal que estaba sintiendo. Hoy no me sentía muy animada, pero la profesora de coaching siempre nos levanta el ánimo con su energía y optimismo. A las 10h he notado un ligero dolor de corazón y después otra vez los jugos gástricos. Hemos hecho una pausa a las 11:30 pero apenas he mirado internet, pues estaba con dos compañeras que lo están pasando mal y yo las escuchaba.
Al retomar la clase, es cuando hemos hablado de las emociones, tanto las que podemos sentir al ir a una entrevista de trabajo, como las que sufrimos en la infancia, en otro trabajo, con la familia etc y el aula se ha convertido en un mar de lágrimas. Cada uno con sus traumas, embarazos no deseados, ausencia o abandono del padre, peleas entre hermanos, maltrato psicológico por parte de un jefe (este lo he contado yo) y así varias situaciones que hemos empatizado totalmente. Cuando he salido de clase a las 13:33 notaba mi barriga llena de jugos gástricos. De camino a casa he mirado tu social media y de pronto a las 13:41 he sentido ganas de llorar. Diez minutos más tarde he notado una especie de ansiedad y opresión en la barriga. Suponía que estabas ocupado o acompañado, pero mientras lavaba los platos a las 15:30 he notado dolor en el corazón, como si hubieras visto de reojo mis imágenes de Good Afternoon. Hace poco he ido a ver los gatos callejeros, y justo allí había una matrícula 1111 y he pensado que era una señal. Ahora estaba volviendo a ver el cortometraje que nos ha puesto hoy la profesora. Se llama Lovefield de Mathieu Ratthe y nos ha enseñado que a veces las cosas no son cómo parecen. Pass auf dich auf mein Liebling. Te quiero mi precioso alemán.
Eternamente tuya,
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