martes, 5 de septiembre de 2023

Lo que ven mis ojos...Lo que siente mi corazón

 

Hola mein Liebling…No tengo todavía suficientes fuerzas para escribirte una hoja entera como solía hacerlo, pero he pensado que debía comentarte algunas cosas que me rasgan el corazón. Han sido unos días complicados, tristes y a veces llenos de rabia, pues era como si yo viera el cielo de color azul y el resto de la gente me insistiera y casi convenciera, que el cielo es de color amarillo. No me encajaba, no me cuadraba, no comprendía cómo podía ser tan distinto lo que veían mis ojos a lo que sentía mi corazón. Yo veía fotos, leía comentarios en la 3D que no se correspondían con algunos channellings pero especialmente con lo que sentía dentro de mí. Es como si para unas personas fueras de una manera y conmigo te comportaras de otra forma. 

Tenía el convencimiento que estaba luchando a contracorriente, que nadaba en dirección opuesta y no tenía fuerzas, tenía que rendirme pues era agotador. El viernes por la noche descubrí una especie de mago que comentó que si se decían o se escribían 4 palabras en latín antes de dormir, podrías ver a la persona en la cual pensabas y saber si se encontraba bien. Las palabras son ARKE PIAS FERDACO SIRCARI. Pues las dos noches que lo hice, soñé contigo y me dieron una información valiosa. Los sueños no se pueden manipular, no hay filtros ni mentiras, salen del subconsciente, ya sea en forma de miedos, proyectos o deseos amorosos.

El sábado 2 de septiembre soñé que estabas al lado de tu novia, esposa, pareja, lo que sea. Tú llevabas una chaqueta americana y corbata pero debajo por lo menos 4 jerseys muy gruesos que te abultaban. No te sentías a gusto, especialmente con la corbata, como si te oprimiera el cuello y no te dejara respirar. Me llegó una sensación que en una vida pasada te asfixiaron. En el sueño veía que tu pareja te tocaba la ropa de una forma bastante controladora y tú te enfadabas mucho porque tú sentías que te trataba como a un niño.

El lunes 4 de septiembre volví a soñar contigo. Estabas delante de mi casa y parecías desesperado, como si desearas verme, como si hubieras cogido un avión para venir hasta donde estoy yo y comprobar si yo estaba bien. Tú llevabas gafas y la montura era de color rosa o rojo. No recuerdo bien. Además volvías a llevar barba y estabas excesivamente delgado. Tu pelo era bastante largo, cubriéndote media espalda y te habías hecho una pequeña trenza. Me sorprendía la forma en la que vestías, más de estilo hippy o votante de un partido antisistema, que en lugar de traje elegante y ropa cara. Me hacía mucha ilusión cuando te veía. Y al verte con este aspecto, me sentía nostálgica pues me recordaba a la persona de la que me enamoré locamente en el 2014, con gafas de intelectal y barba, y era como si la versión de ahora correspondiera a otra persona que a veces me cuesta reconocer.

No puedo preguntarte si lo que siento en mi cuerpo son síntomas que tú también sientes, como las ganas de vomitar y nauseas fuertes que experimenté ayer alrededor de las 8:15 o el fuerte dolor en el corazón que he notado esta tarde alrededor de las 15-15:30 h. No sé cuándo volveré a escribirte. Pass auf dich auf Schnucki.

 

 

 

 


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