miércoles, 30 de octubre de 2019

Ich vermisse dich...


¡Hola mi dulce amor! Te escribo porque es terapéutico para mí y me ayudará a aliviar una pena que no sé de dónde viene, si soy yo, tú o ambos. Me gustaría poder compartir contigo mejores momentos, pero sé que leer estas palabras, te reconfortará y te darás cuenta de lo mucho que significas para mí.

Ayer soñé dos veces contigo. Cuando me desperté eran las 5:30 y había soñado que venías a mi ciudad y llegabas por sorpresa porque venías antes del partido de fútbol entre nuestros equipos. Pensaba que no me había hecho una limpieza facial pero luego pensaba que no me importaba. Saludabas a mucha gente conocida, hombres y mujeres. Llevabas una camisa negra y estabas muy guapo. Cuando por fin nos quedamos solos, te doy un beso en las manos y tú me sonríes de manera tímida y siento que también estás nervioso por volver a vernos. Después del sueño, me levanté, puse comida a los gatos y  volví a la cama y al poco soñé de nuevo contigo. Esta vez estabas en el comedor de mi casa, y te enseñaba un cuadro. Es una poesía que escribí a mi primo Josep cuando desapareció en las montañas del Karakorum en agosto de 1990. Entonces me decías que yo escribía muy bien, y eso para mí me llenaba de felicidad. Llevabas una camisa azul cielo o blanca, no recuerdo bien. Sonreías y estabas precioso.

Creía que ayer los dos estaríamos desconectados, yo en clase y tú ocupado con tu trabajo, pero nada más lejos de la realidad. En el bus sentía mezcla de dolor y  amor y tenía muchas ganas de darte besos. Ya en clase, no me podía concentrar. Sentí una profunda excitación pero más tarde, experimenté cuatro emociones a la vez: Notaba como si me abrazaras, sentía los ojos llororos, angustia en el plexo solar y ganas de llorar. En el tren, de vuelta a casa, sentí una profunda nostalgia por ti, te echaba muchísimo de menos. Cuando salí de la estación, sentí deseos de llorar y caminé por una calle solitaria para llenarte de besos. De repente sentí como si me faltara aire, con un nudo en la garganta. Suspiraba profundamente, como si aliviara un peso en el corazón.

Más tarde, mientras tomaba el Afternoon coffee, me llegó una love bubble y corrí a besar tu preciosa fotografía, pero empecé a llorar mientras murmuraba: Quiero besarte, quiero abrazarte, quiero verte my baby…Creo que notaste mi tristeza porque poco después sentí dolor en el corazón. Y faltaban las canciones como señales de conexión. Por la mañana ya había escuchado Heaven de Avicii y la volví a escuchar por la tarde. Pero camino de la biblioteca, con diferencia de 5 minutos, empezó a sonar primero Missing you de Puff Daddy y posteriormente I Ain´t missing you de Tina Turner.

Y esta mañana no acabo de recuperarme. Me he levantado bien, sentía energía en todo el cuerpo y una especie de bliss en el plexo solar. Te he puesto imágenes y minutos más tarde he notado un nudo en el estómago y sentía tu dolor y amor a distancia. Más tarde cuando he salido a comprar, más señales, una matrícula 222 y otra con la ciudad donde resides. Me encontraba con fuerzas, el día es soleado y primaveral pero de repente, cuando he ido a la terraza con los gatos, sin poderlo controlar, he empezado a llorar y a sentir mucha pena. Preguntaba al cielo, a los seres de luz, a ti, qué me estaba ocurriendo y he empezado a decir en voz alta: Sientes que te encuentras solo, la gente te da la espalda, no te comprende. Pero amor mío, aunque estemos a distancia, te mando mi amor, mis abrazos, mi apoyo, mi cariño…

A veces pienso que todo esto son pruebas de amor, de fé, de resistencia, de comprobar si nos rendimos o el amor es tan fuerte, que supera todos los obstáculos. Te echo mucho de menos mi amor, pero por favor, recuerda que te quiero con toda mi alma y corazón.

Eternamente tuya,

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