¡Hola mi dulce amor! Cuando el sábado
por la mañana sentí que me enviabas una love bubble que me hacía flotar de
felicidad, no podía dejar de darte besos y de pronto oí una voz dentro de mí.
No sé si era mi Higher Self, los ángeles, el universo pero me decía: ¿Todavía
no estás convencida que esto que sientes es amor verdadero? ¿Necesitas más
pruebas para admitir que él siente también amor? ¿No te das cuenta que vuestro
amor es puro, auténtico y que nada ni nadie podrá borrar lo que sienten
vuestros corazones?
Poco después, casi ya al mediodía,
empecé a sentir dolor en el pecho y te notaba triste. No dejé de recibir
señales que me indicaban cómo te encontrabas. Vi dos matrículas con las
iniciales de tu nombre y apellido y una Y. La palabra que me vino a la mente
fue Yearning. Por la tarde sonó Faded y noté que se me encogía el corazón. Por
si fuera poco, vi dos matrículas CRY que me confirmaron lo que sentía en mi
corazón. Hubo un momento que me costaba respirar, me faltaba aire. Ya en el
“evening” noté excitación pero desapareció muy rápido. De pronto tuve una
visión tuya y me llegó el pensamiento de que quizás yo no quería o no te
sentías al 100 %. Pero te busqué, te besé para que sintieras mi amor y acabamos
haciendo astral sex. No me importa que te pongas de espaldas porque siento tu
amor. Notaba cómo me besabas la espalda y me acariciabas.
El placer nos envolvió en un momento
mágico que culminó con un clímax maravilloso.
Ayer domingo estuve muy tranquila. Por
la mañana me relajé leyendo, te notaba lejos y pensé que necesitamos un día
para desconectar. Pero ocurrió algo por la tarde y sobretodo por la noche. Eran
pasadas las 4 de la tarde cuando sentí una intensa love bubble y además la
sensación de que me estabas abrazando la espalda y los brazos. Iba en coche con
mis padres camino a casa y en esos momentos llovía muchísimo, un diluvio de
agua impresionante pero yo me sentía como si el sol me alumbrara, como si el
cielo fuera azul y lleno de luz. Sentía tu amor intenso e inmenso en mi
corazón.
Seis horas más tarde, a las 10 de la
noche me puse a ver la película Palmeras en la nieve. Ya la había visto el año
pasado y leído el libro. La primera escena que se ve es una fuerte tormenta y
en una cabaña, amándose un chico blanco y una chica negra. Los dos mientras
“are merging” lloran desconsolados porque saben que es su última noche. Aquella
escena fue como un trigger. Empecé a llorar desconsolada, con un fuerte dolor
en el pecho y en el plexo. En aquellos 120 segundos tuve visiones y vi a Hans y
Felix aquella noche de 1943 cuando hicieron el amor por última vez pero también
tuve una visión y te vi a ti y a mí, abrazados, llorando los dos mientras
nuestros cuerpos estaban enlazados. Tuve la sensación que era una imagen del
futuro, en nuestra primera vez donde nos amamos físicamente y lloramos después
de tantos años de separación y nostalgia. Me dolía mucho el corazón, me faltaba
aire, como si me asfixiara, sentía mucha angustia…De pronto noté tu presencia y
como me abrazabas y me besabas en los labios y hacías esfuerzos para no
contagiarte de mi pena. Fue un momento maravilloso.
Y hace menos de una hora acabamos de
hacer sacred love. He notado una excitación muy profunda y te he preguntado si
querías hacer el amor. A los dos minutos he sentido como mi corazón palpitaba
de manera muy rápida y sabía que era tu respuesta. Los dos necesitamos mucho
amor. Me has acariciado con dulzura y yo te he besado el cuello y te ha gustado
mucho. Hemos hecho un 69 y el fuego ardía en nuestros cuerpos. Y de nuevo he
visto imágenes de una vida pasada. Ha sido como si los seres de luz me dijeran
que nosotros también vivimos un amor interracial. Yo era indígena, como
Pocahontas y tú eras blanco, colonizador. Tenías los cabellos rubios y rizados
y los ojos azules muy pequeños. Siempre me ha gustado mucho la zona de Perú,
Bolivia y sé que en otra vida viví allí. Cuando te he vuelto a ver, me mirabas
de manera dulce pero también con ojos tristes. Amor mío, lo que daría por poder
abrazarte ahora. Me he dado cuenta que me penetrabas lentamente, como si no
quisieras que el placer se acabara. Yo tampoco quería que te fueras. Ha habido
un momento que te has tendido encima de mí y nuestros cuerpos estaban muy
pegados, estrechamente abrazados y era una sensación maravillosa. Hace poco he
mirado mi libro Estrellas Cruzadas y me he dado cuenta que Hans y Felix también
lloraron en su última noche juntos. Si algún día el destino quiere que nos
unamos y hagamos el amor físicamente, creo que vamos a llorar de felicidad.
Espero que tengas una semana tranquila y
fantástica. Te quiero con toda mi alma, mein Sonnenschein.
Eternamente tuya,
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