martes, 30 de julio de 2019

Compenetrados en todos los sentidos




¡Hola mi dulce amor! Tenía temor de escribirte porque el fin de semana fue extraño. El sábado noté que estabas triste. Mientras veía The Lion King notaba dolor en mi corazón y te notaba lejos a pesar de todo. El domingo intenté distraerme leyendo, relajándome en la naturaleza pero no podía dejar de pensar en ti, no me concentraba y te visualizaba constantemente.

Ayer lunes por la mañana vi una imagen donde aparecías triste pero intenté apartarme, tenía la sensación que querías estar solo, reflexionar. De pronto al mediodía noté una ligera excitación y pensé que podía ver cómo estabas, cómo te sentías. Llegaste rápido y me miraste con ojos temerosos y llorosos, como si tuvieras miedo de perderme. Me di cuenta que te faltaban fuerzas y lo entendía. Hubo un momento que apoyaste  tu cabeza encima de mi hombro izquierdo y te acaricié el pelo con cariño y dulzura. Sabía que querías sexo para borrar el dolor pero también buscabas amor, caricias, besos. Te pedí que me besaras intensamente y que me cogieras las manos y entrecruzáramos los dedos mientras nos fusionábamos lentamente. Hubo un momento que observé mi barriga, mis muslos y sentí complejo y te pregunté: ¿Te gusta mi cuerpo? No soy delgada ni tan guapa como otras mujeres…Me besaste los pechos y barriga sin saber qué ocurriría horas más tarde. Sentimos placer pero los dos estábamos bajos de fuerzas, de moral, tristes, pero fue bonito.

Por la mañana, después de comer cuando lavaba los platos, camino de la biblioteca…No dejaba de escuchar la canción Say you love me and you are mine. Más tarde, hacía poco que había salido de la biblioteca e iba hacia mi casa cuando sentí mucha tristeza y ganas de llorar y apenas dos minutos más tarde una fuerte telepatía que me hizo parar en medio de la calle. Me dijiste, me suplicaste que te besara. En un portal empecé a darte besos y decirte guapo y apenas 15 minutos más tarde me llegó una maravillosa love bubble.

Ya en casa estaba escribiendo mi diario, escuchando música y con Hans durmiendo a mi lado. De repente sentí una fuerte excitación, nada que ver con lo sucedido al mediodía. Mi cuerpo te deseaba porque empecé a sentir humedad entre mis piernas y el corazón me palpitaba muy rápido. Te besé de forma apasionada, loca de deseo y te esperé con los brazos abiertos. Aunque estabas serio, ahora en tus ojos veía confianza y seguridad. Me di cuenta enseguida que el placer era intenso, tú estabas fuerte y los empellones eran potentes. En ese momento no me di cuenta de la postura que habías elegido. Sólo sé que me volvía loca, que agarraba mi almohada y susurraba tu nombre. Me di cuenta que sentía tu placer, notaba dentro de mí lo que tú sentías, aunque veía tu cara de éxtasis y lo sabía. Ambos vibramos de placer y de nuevo con un larguísimo orgasmo, intenso y delicioso.

Y mientras escribía en mi diario todo lo vivido, me di cuenta que tú sientes mis telepatías mientras We merge y hacemos sacred love. Y elegiste esa postura para decirme, demostrame que puedes agarrarme como si fuera más delgada, que vale la pena aguantarme en una postura tan equilibrista porque el resultado final es maravilloso. Y media hora más tarde sentía mucha felicidad dentro de mí y te notaba igual. También la sensación que me abrazabas los brazos y la espalda y era celestial.

¡Mein Gott, cómo te amo! You drive me crazy!

 Eternamente tuya


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