¡Hola
mi dulce amor! Tenía temor de escribirte porque el fin de semana fue extraño.
El sábado noté que estabas triste. Mientras veía The Lion King notaba dolor en
mi corazón y te notaba lejos a pesar de todo. El domingo intenté distraerme
leyendo, relajándome en la naturaleza pero no podía dejar de pensar en ti, no
me concentraba y te visualizaba constantemente.
Ayer
lunes por la mañana vi una imagen donde aparecías triste pero intenté
apartarme, tenía la sensación que querías estar solo, reflexionar. De pronto al
mediodía noté una ligera excitación y pensé que podía ver cómo estabas, cómo te
sentías. Llegaste rápido y me miraste con ojos temerosos y llorosos, como si tuvieras
miedo de perderme. Me di cuenta que te faltaban fuerzas y lo entendía. Hubo un
momento que apoyaste tu cabeza encima de
mi hombro izquierdo y te acaricié el pelo con cariño y dulzura. Sabía que
querías sexo para borrar el dolor pero también buscabas amor, caricias, besos.
Te pedí que me besaras intensamente y que me cogieras las manos y
entrecruzáramos los dedos mientras nos fusionábamos lentamente. Hubo un momento
que observé mi barriga, mis muslos y sentí complejo y te pregunté: ¿Te gusta mi
cuerpo? No soy delgada ni tan guapa como otras mujeres…Me besaste los pechos y
barriga sin saber qué ocurriría horas más tarde. Sentimos placer pero los dos
estábamos bajos de fuerzas, de moral, tristes, pero fue bonito.
Por
la mañana, después de comer cuando lavaba los platos, camino de la biblioteca…No
dejaba de escuchar la canción Say you love me and you are mine. Más tarde,
hacía poco que había salido de la biblioteca e iba hacia mi casa cuando sentí
mucha tristeza y ganas de llorar y apenas dos minutos más tarde una fuerte
telepatía que me hizo parar en medio de la calle. Me dijiste, me suplicaste que
te besara. En un portal empecé a darte besos y decirte guapo y apenas 15
minutos más tarde me llegó una maravillosa love bubble.
Ya
en casa estaba escribiendo mi diario, escuchando música y con Hans durmiendo a
mi lado. De repente sentí una fuerte excitación, nada que ver con lo sucedido
al mediodía. Mi cuerpo te deseaba porque empecé a sentir humedad entre mis
piernas y el corazón me palpitaba muy rápido. Te besé de forma apasionada, loca
de deseo y te esperé con los brazos abiertos. Aunque estabas serio, ahora en
tus ojos veía confianza y seguridad. Me di cuenta enseguida que el placer era
intenso, tú estabas fuerte y los empellones eran potentes. En ese momento no me
di cuenta de la postura que habías elegido. Sólo sé que me volvía loca, que
agarraba mi almohada y susurraba tu nombre. Me di cuenta que sentía tu placer,
notaba dentro de mí lo que tú sentías, aunque veía tu cara de éxtasis y lo
sabía. Ambos vibramos de placer y de nuevo con un larguísimo orgasmo, intenso y
delicioso.
Y
mientras escribía en mi diario todo lo vivido, me di cuenta que tú sientes mis
telepatías mientras We merge y hacemos sacred love. Y elegiste esa postura para
decirme, demostrame que puedes agarrarme como si fuera más delgada, que vale la
pena aguantarme en una postura tan equilibrista porque el resultado final es
maravilloso. Y
media hora más tarde sentía mucha felicidad dentro de mí y te notaba igual.
También la sensación que me abrazabas los brazos y la espalda y era celestial.
¡Mein
Gott, cómo te amo! You drive me crazy!
Eternamente tuya
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