miércoles, 29 de mayo de 2019

Nos separaron cruelmente otra vez



¡Hola mi dulce amor! Desde que te conocí, sentí que te amaba de una manera como no había amado antes y también descubrí que no soportaba que te hicieran daño. Ayer descubrí algo que a pesar de que ya han transcurrido más de 12 horas, no puedo dejar de emocionarme cada vez que lo recuerdo. Se me encoge el corazón y el estómago y se me llenan los ojos de lágrimas. Amor mío, si antes te quería como nunca, ahora no puedes imaginar cómo te amo después de una terrible revelación que escondía en mi alma. Todo tiene sentido ahora.

En clase de terapia realizamos una especie de limpieza de traumas de vidas pasadas pero era un sistema diferente a las regresiones o hipnosis. Estaba de pie, y antes de cerrar los ojos la profesora me preguntó:
  • Dime qué no soportas en esta vida…
  • La injusticia- respondí sin dudar y con un tono de rabia.
Entonces un péndulo buscó entre mis vidas un momento donde sufrí una gran injusticia. Y empecé a ver imágenes y sentir sensaciones.

Era alrededor de 1832, en mi país, en un pueblo del sur. Yo era una mujer de unos 27 años y apareció un chico joven y eras tú. Montabas a caballo, tu trabajo estaba relacionado con algo de correos, mensajero, viajes. Yo estaba enamoradísima de ti y tú de mi. Todo el pueblo nos miraba con envidia, nuestro amor era intenso. Nos ibamos a casar pronto para ser todavía más felices. Todo esto que te cuento no era mi imaginación, pues la profesora visualizaba lo que yo, y a veces me decía cosas que yo veía pero que no podía explicar porque las lágrimas y la pena me enmudecían. Vi entonces como alguien te mataba con una escopeta, de manera vil y cruel. Me dijeron que habían sido unos bandoleros y yo me quería morir, no podía creerme que el hombre de mi vida ya no estaría a mi lado. Me convertí en una alma en pena, un especto desfigurado.

Pasados los años y después de muchas reticencias, accedí a casarme con un hombre aunque no lo amaba en absoluto. Nunca fui feliz en el amor, tu recuerdo era demasiado fuerte. Y de pronto un día alguien me contó un secreto con mucha malicia. No, no te mataron los bandoleros para robarte. Muchas mujeres estaban enamoradas de ti pero no las correspondías, y una que era muy celosa y posesiva, pagó a un mercenario para que acabara con tu vida y de paso entristecerme a mí. En clase empecé a llorar sin poder parar, temblaba de dolor, no podía ser que otra vez nos hubieran separado, que no pudiéramos estar juntos. Entonces entendí porque mi rechazo al matrimonio actualmente, porque no puedo estar con un hombre si no lo amo, aunque sea rico o muy atractivo…antes prefiero estar sola.

No te puedes imaginar cariño mío, cómo me duele el corazón cuando recuerdo esos momentos del siglo XIX. Te llamabas Felipe…¿Sabes qué significa? En griego es “Amigo de los caballos. ¿Sabes por qué me ha afectado tanto? Porque con Hans al menos sabía que estaba vivo. No lo volví a ver pero estaba bien. Necesitaba contártelo para que entiendas porque esta conexión de amor traspasa las barreras del tiempo. Mi profesora me dijo que hemos estado juntos en más de 10 vidas.


El lunes hicimos el amor astralmente. Si tú vieras lo feliz que eres en esos momentos íntimos, no solamente es placer, es un amor que tú mismo me demuestras, lo veo en tus ojos brillantes, en tu sonrisa espontánea, en tus caricias y besos. No acostumbro a contarte lo que me dices en 5D pero te confesaré lo que me dijiste anteayer. Me susurraste: Te quiero. Y no es la primera vez que me lo dices. Mientras escribo estas líneas, no puedo dejar de llorar y mis gatos me miran con curiosidad.

Sé que tú también estás triste amor mío, lo noto en mi corazón, presiento tu tristeza pero si te sirve de consuelo, la profesora nos ha dicho que desde hace unas dos semanas justo después de la luna llena, se está removiendo todo el universo y que muchas personas lo notamos más que otros, que vamos camino de una fuerte transformación que cambiará nuestras vidas.

Siempre te lo digo pero ahora entenderás por qué, pero te amo con toda mi alma y corazón precioso mío.

Eternamente tuya,

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