martes, 18 de septiembre de 2018

Siempre estaré a tu lado, aunque no puedas verme.




Hola mi dulce amor. Espero que estés bien cariño mío. El pasado domingo acabé de leer el libro Palmeras en la Nieve. Se trata de la historia de un amor interracial entre una chica negra de Guinea y un chico español que trabaja en el país africano. Cuando leía algunas frases me acordaba de mi libro, de Hans y Félix con diálogos tipo: ¿Por qué tenemos que escondernos para amarnos? Es un amor prohibido y nunca entenderán lo nuestro. Desearía poder besarte delante de todos pero no podemos…Había instantes que veía tu cara, no sé por qué.

También el domingo vi unas imágenes pero no sé si era un sueño, una visión o mi imaginación…Estábamos los dos juntos y con tu barba me hacías cosquillas en mi cara. Estabas tremendamente cariñoso y dulce. Luego yo te acariciaba los cabellos y te estremecías de placer, tus ojos brillaban como estrellas y sonreías deliciosamente. Cada vez que recuerdo tu rostro de felicidad tengo ganas de llorar de emoción porque tengo la sensación que estos días estás muy triste y no sé por qué. Siento tu dolor, tu desolación, tu tristeza…Te voy a contar un secreto mein Engelchen para que veas nuestra conexión.

El domingo por la tarde empecé a sentir mucho dolor en el pecho y ganas de llorar. Te pregunté: ¿Qué te pasa amor mío? El corazón, el pecho, el estómago me ardían de dolor y lo notaba en mis entrañas. De pronto empezó a sonar Ain´t no mountain y entendí lo que necesitabas. Empecé a besar tu foto con besos apasionados, húmedos y sonoros, mientras te decía palabras bonitas como Te amo, eres mi vida, siempre estaré a tu lado, no estés triste, y me imaginé que te acariciaba, te mimaba como un niño, te achuchaba como si fueras mi gato, y no pasaron ni 5 minutos que el dolor desapareció como por arte de magia. Noté que estabas calmado, como si el amor fuera una medicina enviada telepáticamente que había borrado cualquier rastro de dolor y tristeza. Me di cuenta, (por si dudaba) que nuestra conexión es increíble y puedo curarte a distancia.

Mientras escribo esto siento los ojos llenos de lágrimas porque miro por la ventana y pienso en ti. Está lloviendo, es un día casi de otoño y te echo de menos. Me he dado cuenta que mientras escribo este relato han sonado tres canciones que parece que me las hayas enviado tú: You Are always on my mind, Tear drops y Sad Eyes.

Espero que cuando pasen estos días que estoy un poco liada con burocracia, vuelvas a sentirme con un amor desbordante por ti. Escribir me reconforta amor mío y me hace sentir cerca de ti. Tengo muchas ganas de ir a Munich para imaginar que estarás a “sólo” 600 km de mi.

Eternamente tuya,

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