sábado, 14 de abril de 2018

No puedo olvidar esa sonrisa

 
Hola amor mío. Siempre tengo muchas ganas de escribir y contarte cosas pero también dudo, por lo que a veces dejo pasar unas horas y si transcurrido el tiempo todavía sigue en mi cabeza, entonces lo escribo. Si se ha enfriado o no me motiva, lo descarto. Quiero animarte y que sepas lo feliz que me haces aún en la distancia.
Ayer hice fiesta y tenía mucho dolor de cabeza desde primera hora. Por la tarde decidí coger un autobús e ir a pasear y ver el mar. Eran las 16:30 cuando estaba distraída viendo el denso tráfico de mi ciudad, cuando sentí una maravillosa sensación de amor, una ola de felicidad que me hizo flotar. Entonces tuve la sensación que tú estabas sintiendo lo mismo que yo, también experimentabas aquella "bliss" celestial. Poco después mis ojos de repente se llenaron de lágrimas y escuché tu telepatía: ¿Cómo puede alguien amarme tanto? Nunca he sentido nada igual. Y yo mentalmente te dije: Yo tampoco había sentido nunca tanto amor. No sé si las lágrimas eran tuyas o mías pero eran de felicidad contenida.
Llegué al Paseo Marítimo y me relajé escuchando el rumor de las olas, observando el mar de un color gris verdoso, de sentir la fresca brisa marina, de llenarme los pulmones de oxígeno. Allí cerca hay un centro comercial con unos cines  donde se proyectan películas en versión original y al pasar por delante olí un delicioso aroma a palomitas (popcorn) y de pronto me llegó una imagen, una visión que parecía futura como lo que ocurre en Minority Report. Estábamos tú y yo en el cine, compartiendo palomitas saladas y entonces te daba un beso en los labios y los notaba salados, y tú sonreías, sonreías de felicidad, con una sonrisa maravillosa que a pesar de haber transcurrido 24 horas, no puedo quitármela de la cabeza. Fue una imagen impactante porque te veía LOCO DE FELICIDAD, flotabas de alegría por aquel beso que te había dado. Mientras tomaba un café y un coulant de chocolate no podía olvidar esa sonrisa tuya tan maravillosa.
Nada más salir del centro comercial me pasaron tres cosas en apenas 10 minutos que me hicieron pensar en ti. Primero me crucé con un chico que llevaba una chaqueta con una bandera de tu país en las mangas. Al cabo de 5 minutos vi un coche con la matrícula de tu ciudad, donde pasaste la infancia (he visto de muchas ciudades importantes pero la tuya no) y por último estaba ya en el autobús y empezó a sonar Ain´t no mountain! Mi corazón dio tal salto que quizás lo notaste por allá las 7 de la tarde. Busqué tu foto y mientras escuchaba la mágica canción, te acariciaba los labios, los ojos, el pelo y finalmente te di un beso sin importarme que me viera la gente. Me daban ganas de gritar: !TE AMO, TE AMOOO!
Pero me contuve y sonreí en silencio, disfrutando de aquellos momentos tan maravillosos que siento que me envías. Gracias tesoro mío por hacerme tan feliz. Yo también quiero que tú lo seas y quiero volver  a verte sonreír vida mía.

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