Hola amor mío. Siempre tengo
muchas ganas de escribir y contarte cosas pero también dudo, por lo que a
veces dejo pasar unas horas y si transcurrido el tiempo todavía sigue
en mi cabeza, entonces lo escribo. Si se ha enfriado o no me motiva, lo
descarto. Quiero animarte y que sepas lo feliz que me haces aún en la
distancia.
Ayer hice fiesta y tenía mucho
dolor de cabeza desde primera hora. Por la tarde decidí coger un autobús
e ir a pasear y ver el mar. Eran las 16:30 cuando estaba distraída
viendo el denso tráfico de mi ciudad, cuando sentí una maravillosa
sensación de amor, una ola de felicidad que me hizo flotar. Entonces
tuve la sensación que tú estabas sintiendo lo mismo que yo, también
experimentabas aquella "bliss" celestial. Poco después mis ojos de
repente se llenaron de lágrimas y escuché tu telepatía: ¿Cómo puede
alguien amarme tanto? Nunca he sentido nada igual. Y yo mentalmente te
dije: Yo tampoco había sentido nunca tanto amor. No sé si las lágrimas
eran tuyas o mías pero eran de felicidad contenida.
Llegué al Paseo Marítimo y me
relajé escuchando el rumor de las olas, observando el mar de un color
gris verdoso, de sentir la fresca brisa marina, de llenarme los pulmones
de oxígeno. Allí cerca hay un centro comercial con unos cines donde se
proyectan películas en versión original y al pasar por delante olí
un delicioso aroma a palomitas (popcorn) y de pronto me llegó una
imagen, una visión que parecía futura como lo que ocurre en Minority
Report. Estábamos tú y yo en el cine, compartiendo palomitas saladas y
entonces te daba un beso en los labios y los notaba salados, y tú
sonreías, sonreías de felicidad, con una sonrisa maravillosa que a pesar
de haber transcurrido 24 horas, no puedo quitármela de la cabeza. Fue
una imagen impactante porque te veía LOCO DE FELICIDAD, flotabas de
alegría por aquel beso que te había dado. Mientras tomaba un café y un coulant de chocolate no podía
olvidar esa sonrisa tuya tan maravillosa.
Nada más salir del centro
comercial me pasaron tres cosas en apenas 10 minutos que me hicieron
pensar en ti. Primero me crucé con un chico que llevaba una chaqueta con
una bandera de tu país en las mangas. Al cabo de 5 minutos vi un coche
con la matrícula de tu ciudad, donde pasaste la infancia (he visto de
muchas ciudades importantes pero la tuya no) y por último estaba ya en
el autobús y empezó a sonar Ain´t no mountain! Mi corazón dio tal salto
que quizás lo notaste por allá las 7 de la tarde. Busqué tu foto y
mientras escuchaba la mágica canción, te acariciaba los labios, los
ojos, el pelo y finalmente te di un beso sin importarme que me viera la
gente. Me daban ganas de gritar: !TE AMO, TE AMOOO!
Pero me contuve y sonreí en
silencio, disfrutando de aquellos momentos tan maravillosos que siento
que me envías. Gracias tesoro mío por hacerme tan feliz. Yo también
quiero que tú lo seas y quiero volver a verte sonreír vida mía.
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