jueves, 21 de noviembre de 2019

El poder del amor


¡Hola mi dulce amor! No sabía si escribirte, porque no me gusta detallarte cosas tristes pero luego pensé en una frase que me anima que dice: “Si el universo te envía pruebas duras y dolorosas, es porque sabe que vas a superarlas”.

El martes por la mañana, todavía estaba en la cama a las 6:30 cuando de repente sentí una Clairgustance. En mi boca noté un sabor a salchicha ahumada y además visualicé el lugar donde las vendían, dentro de una estación de tren. Más tarde en clase de aromaterapia, me di cuenta que mis chakras se estaban despertando y eran muy sensibles a las esencias. La profesora nos hace oler diferentes aceites y tenemos que adivinar cuál es. Siempre salgo agotada de las clases pero el martes me sentí muy triste, sobretodo notaba melancolía en el plexo.

Pasaban pocos minutos de las 3 de la tarde y estaba lavando los platos y escuchando música. De pronto empecé a ver imágenes que no podía borrar. Eran Hans y Felix cuando se despidieron en Basilea, cuando sabían que era la última vez que se iban a ver. Sentía una fuerte tristeza y los ojos se me estaban llenando de lágrimas. Entonces escuché una voz que decía: “No quiero volver a pasar por el dolor de la separación”. No supe quien lo había dicho pero el corazón me empezó a latir muy rápido y sentí una opresión en el pecho. La canción de Jennifer Rush “The power of love” fue el trigger, el detonante para que explotara de dolor. Me fui a mi habitación y rompí a llorar de manera muy fuerte, estuve casi 10 minutos y después cuando me calmé, pensé que algún aceite me había llevado a la última vida y había sacado traumas para curarlos. Al mirarme al espejo, tenía los ojos muy rojos, como hacía mucho tiempo no los veía. Más tarde en la biblioteca quise enviar un mail a mi profesora para preguntarle sobre los aceites, pero vi que había borrado su hotmail y pensé que era una señal, y que no preguntara porque no eran los aceites la causa de mi tristeza…y de repente pensé en ti. No podía quitarte de la cabeza, te sentía en el plexo, en el corazón, y por si fuera poco no dejaba de ver a gente con ropa con los colores de tu equipo de fútbol. Durante toda la tarde no dejé de suspirar profundamente, y y a en casa, noté como un agujero en el corazón, sentía una herida abierta que escocía muchísimo. Pensé que sólo el tiempo nos cicatrizaría las heridas, las tuyas y las mías.

Y ayer miércoles, fue como si después de estar encerrada en una habitación sin luz, de repente se abriera la ventana y entrara el sol, aire fresco, luz…Después de ducharme, te escribí en el espejo: Mein herz gehört dir. Ich Liebe dich. Y besé tu foto y fue como si lo notaras. Te visualicé en mi cama, acurrucado a mí, apretándome muy fuerte, y yo llenándote de besos y acariciándote. Ayer hizo mucho frío, sólo 2 grados a las 7 de la mañana pero el día que vengan tus compatriotas a ver el partido, hará sol y subirá la temperatura. Pocos minutos después de empezar a conducir, coincidió que vi el primer 222 y que empezó a sonar I was born to love you. Fue un momento mágico. Ayer no dejé de ver matrículas 222 y también 444. Por la tarde camino de la bibioteca, me ocurrió otra vez. Empezó a sonar Halo, y en el momento que dice “I have an angel now” pasó otro 222. Te dije Te amo en varios idiomas durante todo el día.

Eran las 6 de la tarde y justo cuando iba a salir de la biblioteca, empecé a sentir tingling en los pies. Camino a casa, no podía dejar de pensar en ti y hablarte en inglés en voz baja. Muchos channellings hablan de que harás un viaje y empecé a fantasear, me imaginé a los dos tomando un café, sonriendo, compartiendo momentos alegres y dolorosos, hasta que mi ego me dijo que dejara de soñar despierta, que vaya a ver el partido y disfrute, pero nada más. Pero mi corazón me decía…SÍ, SI, SI…Media hora más tarde empecé a sentir una profunda excitación en el sacra y cuando llegué a casa, besé tu foto y a los pocos minutos sentí cosquillas en mis labios y el corazón latiendo rápido. Mi alma, mi cuerpo entero te echaba de menos y encendí una vela rosa y una varita de incienso de orquídea. Fue realmente maravilloso, dulce, silencioso y healing. Primero hicimos la postura del misionero, no dejabas de besarme, acariciarme y mirarme a los ojos. Continuabas muy serio y callado pero notaba que me adorabas. Yo también te llenaba de besos, te acariciaba los cabellos… Había mucho silencio, sólo se oían ligeros jadeos. Después cambiaste a la postura de doggie donde el placer siempre es altísimo y muy intenso. Antes te hice sexo oral y disfrutaste mucho. La penetración era muy profunda y tú cerrabas los ojos del placer que sentías y que yo notaba dentro de mi cuerpo. Me acariciabas las nalgas y sentía que el deseo, el placer no se acababa nunca. Nuestros cuerpos se amaban de manera muy dulce, era mágico. Al final hiciste algo que era la primera vez y que provocó un éxtasis divino. Te moviste en círculos pero tu pimmel parecía una batidora giratoria, fue una sensación increíble que nos hizo estallar de placer. Pero lo mejor fue la sensación que me quedó después, y creo que tú también. A las 19:45 escribí en mi diario: Me siento muy relajada y con mucha paz interior. Y una hora más tarde añadí: Siento una bliss en el pecho maravillosa. Es como si él también se hubiera quedado en paz y muy feliz.  

Todo irá bien cariño mío, sé que estás pasando momentos complicados, pero estoy segura que te harás muy fuerte y también mejor persona. Mientras escribo esto, pienso en ti y siento mucho amor en mi corazón, en mi plexo, en mi alma…Eres mi rayo de sol mein Schatz. Te quiero precioso mío.

Eternamente tuya,

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