Hola mi amor. Cuando no escribo es que estoy baja de energía y no
tengo ganas de nada. No sé si son los biorritmos, la luna o que me pasa pero sé
que es temporal. Seguramente me debes notar fría pero te aseguro que siempre
pienso en ti nada más despertarme y eres el último a quien recuerdo cuando voy
a dormir. Me doy cuenta que el destino me trae sincronicidades increíbles que
siempre me recuerdan a ti de alguna manera. Quiero compartir contigo dos cosas
que me ocurrieron la semana pasada y que me hacen sonreír cuando las recuerdo.
Después del sueño que tuve de la vida pasada, estaba muy
nostálgica y no dejaba de pensar en Munich. Me apetecía ir pero me resistía. El
lunes nada más llegar a la oficina me encontré un mail de Vueling ofreciendo
ofertas con billetes muy económicos. En ese momento no hice caso. El martes no
dejaba de pensar en la ciudad bávara y después de comer no podía dejar de
pensar en ti y de pronto en una calle solitario me crucé con un chico que
llevaba un jersey y unas letras muy grandes con el nombre de MUNICH. Supe que
era una señal, algo me decía que no debía dudar más y media hora más tarde
saqué un billete para poco después de mi cumpleaños. Munich es muy bonito en
otoño. No hace frío todavía y hay más tranquilidad. De hecho la primera vez que
viajé hace 12 años a esta ciudad fue por las mismas fechas. Por la tarde pensé
que era un momento mágico para ir, justo ahora a los 80 años que Felix y Hans
se encontraron. Por la noche mientras lavaba los platos oí mi Higher Self que
me decía: Vas a encontrar la calle donde salvaste a Hans en aquella caótica
noche de la Kristallnacht. Ahora cada vez que me recreo con imágenes de tú y
yo, se sitúan en las bonitas calles bávaras. Escribiré un relato con lo que me
gustaría que “nos” pasara.
El segundo momento curioso fue el pasado viernes. Fui a una
cafetería a tomar un café y cuando me devolvieron el cambio y vi un euro con el
águila enseguida me vino a la mente tu imagen y me pregunté mentalmente: ¿Cómo
débe estar? ¿Pensará en mí? De pronto al salir a la calle vi a un chico que
llevaba una camiseta de tu equipo y me quedé impactada. Mis ojos se clavaron en
aquel escudo, aquellas letras, aquellos números y el chico notó que lo miraba
mucho e incluso me sonrió. Era rubio, con ojos azules, con barbita y en otras
circunstancias me hubiera resultado atractivo pero yo estaba hipnotizada por la
“tricot” porque te vi a ti por unos segundos. No es habitual ver una camiseta
de tu equipo en mi población. Quizás si en algún pueblo costero o turístico
pero no donde yo vivo. Me hizo mucha ilusión.
Me faltan energías cariño mío pero sé que estaré mejor de aquí
unos días. No dudes que siempre pienso en ti.Te quiero con toda mi alma
precioso.
P.S. Esta noche he soñado dos veces contigo. En uno de los sueños,
colgabas un vídeo en internet donde salías cantando en español. El título de la
canción era COMO TE AMO.
Eternamente tuya,
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